Estudiante de Periodismo, soldado en la Segunda Guerra Mundial, librero, poeta y editor. Además, Lawrence Ferlinghetti también era el último de la generación Beat, germen de la contracultura y el hippismo. Este movimiento explotó en los años 50 y buscó rebelarse contra los valores convencionales estadounidenses. Lo hacían al ritmo del jazz, y a través de la experimentación libre y transgresora con las drogas, el sexo y la escritura.
Ferlinghetti nació en 1919, justo al final de la Primera Guerra Mundial. Su padre murió al poco tiempo, y a su madre tuvieron que ingresarla por problemas de nervios, por lo que lo crio su tía, con la que vivió en Francia algunos años.
Estudió Periodismo en la universidad pública de Carolina del Norte, en Chapel Hill, y se inició en la escritura como periodista deportivo. Posteriormente, hizo estudios en literatura tanto en Columbia como en Francia, lo que redirigió su carrera hacia la poesía. Participar en el Desembarco de Normandía y estudiar un doctorado en la Sorbona también fueron momentos decisivos en su vida. En París, el poeta conoció a la que sería su futura esposa, y encontró en la librería George Whitman una inspiración para su futuro.
Cuando volvió a Estados Unidos, se instaló en San Francisco, y en 1953 fundó City Lights con un estudiante universitario como su socio, Peter Martin. Empezó como una librería de libros de bolsillo, pero no tardó mucho en ampliar su catálogo e incluir fanzines y las expresiones impresas que estaba generando la contracultura estadounidense.
City Lights también terminó convirtiéndose en una editorial del mismo nombre. En 1955, Allen Ginsberg recitó Aullido en la librería y, al año siguiente, apareció publicado bajo el sello editorial de esta junto con otros poemas. Tanto Ferlinghetti como su empleado, Shigeyoshi Murao, estuvieron a punto de ir a la cárcel, acusados de difundir obscenidades por el contenido de ese libro. El juicio, que acabó con ambos siendo absueltos, sentó un precedente en el debate de la libertad de expresión.
Como poeta, tal vez, su libro más importante sea Un Coney Island de la mente (traducido por Carlos Bauer y Julián Marcos, y editado por Hiperión), que publicó en 1958. En su Manifiesto populista llamó a los poetas a «salir del armario» y, para él, la literatura siempre fue una experiencia tanto estética como política.