Simone Biles es la nueva sensación en gimnasia rítmica. Esta deportista estadounidense de 22 años ha logrado 19 oros, tres platas y tres bronces, por lo que suman así 25 medallas ganadas tanto en juegos olímpicos como en campeonatos del mundo.
Aunque ahora esté en la cima del mundo, no siempre ha sido así. Biles vivió una infancia marcada por episodios dolorosos. Sus padres eran adictos a las drogas, lo que provocó que les arrebatasen la custodia y llevaran a la gimnasta y sus otros tres hermanos a diversas casas de acogida. A los seis años de Biles, su abuelo Ronald Biles ostentó su custodia y la de su hermana menor, Adria. Este alegó que no podía dejar que unas personas desconocidas cuidasen de su misma sangre, tal y como dio a conocer en una entrevista en la cadena NBC.
Fue su abuelo quien la adentró en el mundo de la gimnasia artística. Poco a poco, sus dotes fueron saliendo a la luz, a medida que su tutor, a quien llamaba papá a pesar de no serlo, la impulsaba cada vez más a un mayor esfuerzo en los entrenamientos. Desde ese momento, a través de la constancia y el esfuerzo ha conseguido ser la mejor gimnasta de todos los tiempos, lo que no significa que el dolor saliera al completo de su vida. En 2018, declaró haber sido víctima de abusos sexuales por parte del exmédico de la selección de gimnasia estadounidense Larry Nassar. En este mes de octubre, uno de sus tres hermanos, Tevin Biles-Thomas, militar del Ejército estadounidense, ha sido acusado de triple asesinato. Ante este acontecimiento, Simone Biles ha pedido perdón, a través de las redes sociales por todo el daño causado.
Lo que más destaca de Simone Biles no es el número de premios y medallas que ha logrado conseguir a pesar de su edad, ni el hecho de haber sido coronada como la mejor gimnasta de todos los tiempos. Lo que destaca de Biles es la fuerza, la valentía y la humildad con la que ha llevado la historia de su vida. Aunque su biografía no sea la más deseada, ha sabido superar aquellas dificultades que la rodeaban, y la siguen rodeando, para lograr aquello que tanto anhelaba.