La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha iniciado, junto con el departamento de Voluntariado y Acción Social, una iniciativa para construir ocho pozos en Etiopía. El país africano atraviesa una de las peores sequías de los últimos años, y hasta 60 etíopes mueren al día por causas relacionadas con el agua. Cada pozo será financiado con el dinero que recauden las seis facultades de la universidad, CETYS y la comunidad PAS.
Etiopía es un país que tiene dos semestres meteorológicos opuestos. En la época húmeda, llueve de forma constante (hasta 300 milímetros en los meses con más precipitaciones), mientras que en la seca caen menos de 60 milímetros de agua entre los meses de diciembre y febrero, según datos de Climate-Change. La iniciativa de la UFV se centra en la región de Muki Turi, que se encuentra a 80 kilómetros de la capital, Adís Abeba.
«A una de las personas la llamaban borracha porque, como veían que el agua que bebía era transparente, se pensaban que era vodka», compartió De la Rosa.
El proyecto nació de la mano de Alejandro Carballo, alumno de 3º de Derecho y graduado en Periodismo. El estudiante comenzó a hacer misiones a Etiopía hace cuatro años. «Cuando vuelvo de este país, lo primero en lo que pienso es que he visto una realidad muy dura, y en que tengo que hacer algo», afirmó el joven. «Todos los días me metía a ver noticias sobre el país y me di cuenta de una realidad muy dura, y es que Etiopía pasa por una gran sequía, por lo que empiezo a investigar distintas ONG que trabajen con agua, y acabo escribiendo a cinco, de las que me contestan dos. Una de ellas es Emalaikat, y me parece muy interesante porque no solo montan el pozo, sino que además les dan clases de agricultura para luego poder hacer un huerto», señaló Carballo.
Todo empezó en 2017, cuando Carballo compartió una publicación en Facebook para recaudar dinero y ayudar en la causa desde Madrid. El resultado final fue un pozo en menos de 12 horas. Dos años después, la UFV ha decidido sumarse al proyecto. «Alejandro fue pidiendo euro a euro a todas las personas, y, cuando vimos que era el 25 aniversario de la universidad, nos decidimos a hacer algo grande. Toda la comunidad para otra comunidad», afirmó el director del departamento de Voluntariado, Daniel de la Rosa, en una entrevista para Comunidad UFV.
El coste por cada pozo es de 997 euros, e incluye semillas para crear un huerto y dinero para repararlo en caso de que se averíe. Según la fundación We Are Water, el 84% de los etíopes vive en zonas rurales y depende de los cultivos de subsistencia, por lo que la existencia de estos pozos es necesaria para su desarrollo.
«Un pozo significa muchísimo para ellos. Hace que tengan agua corriente durante todo el año. Además, es agua limpia, porque la que bebían hasta entonces provenía de charcos y estaba llena de insectos y microbios», aseguró Carballo. Daniel de la Rosa, también habló, en Comunidad UFV, sobre las condiciones del agua, y compartió una anécdota con los oyentes. «A una de las personas de Emalaikat con la que estamos trabajando la llamaban borracha porque, como veían que el agua que bebía era transparente, se pensaban que era vodka».
Según Alejandro Carballo, el número de pozos en la región asciende a los 160, una cifra que le sabe a poco. «¿Por qué intentamos buscar agua en Marte si allí no vive nadie y en la Tierra hay gente que se muere por ella? Es que además son 1.000 euros, que hoy en día son pagables con solo poner 20 euros entre los que trabajamos en un mismo departamento. No sé si no interesa, o si los medios o nosotros como periodistas deberíamos hacer más hincapié… Pero ya que no sale en los medios como debe salir, aparecen estas campañas en la universidad», afirmó Carballo.
La recaudación termina el 3 de abril, y todos los estudiantes, profesores y trabajadores de la UFV pueden participar donando dinero en las huchas de las coordinaciones académicas de sus respectivas facultades. En el caso de la comunidad PAS, la hucha se localiza en Extensión Universitaria.
La cifra de estudiantes presenciales activos en la UFV en el vigente curso es de 8.000, por lo que si cada estudiante dona un euro, el proyecto se materializará. «Ojalá se consiga y podamos celebrar nuestro 25 aniversario dando un regalo a otra comunidad que se verá totalmente transformada», apuntó Daniel de la Rosa.