El actor suizo Bruno Ganz, conocido por actuar en películas como Cielo sobre Berlín o El amigo americano, falleció el 16 de febrero en su casa de Zúrich, a causa de un cáncer que le fue diagnosticado un año antes y que le obligó a dejar el mundo de la actuación.
Nacido en Zúrich en 1941, de padre suizo, que trabajaba como mecánico, y madre italiana, comenzó su carrera como actor en el mundo teatral, aunque de manera tardía: “El teatro no pertenecía a mi clase social. Vivíamos en la periferia. Mi padre solo se interesaba por las cosas técnicas”, le dijo a Le Monde en una entrevista en 2012.
Con 16 años, un amigo le invitó a ver en Schauspielhaus una obra entre bambalinas, desde entonces acudió cada noche, y nació así su pasión por el mundillo y su aprendizaje de aquellos actores.
Kurt Hübner le introdujo en el teatro, y más tarde Bruno Ganz se convertiría en miembro fundador de Schaubühne, nuevo teatro berlinés que quería romper con las normas del europeo.
Fue seis años después cuando el director Wim Wenders le propuso protagonizar El amigo americano, y abandonó así el mundo del teatro por el del cine. Con Wenders actuaría en otras películas como Cielo sobre Berlín y su continuación, Tan lejos, tan cerca.
Pero Wim Wenders no sería el único gran director de lengua alemana con el que trabajaría, ya que actuaría en películas como Nosferatu, el vampiro de la noche, dirigida por Werner Herzog, o Círculo de engaño, dirigida por Volker Schlöndorff.
«Que la tierra te sea leve, Maestro», publicó Juan Diego Botto en Twitter.
La carrera de Bruno Ganz trascendió más allá del cine alemán, y trabajó con directores franceses, como Eric Rohmer; daneses, como Lars Von Trier; o estadounidenses como Francis Ford Coppola. Además, participó en películas, como El candidato Manchú, de Jonathan Demme, o El río de oro, de Jaime Chávarri, en la que compartió elenco con Juan Diego Botto, quien le ha dedicado unas palabras en Twitter: «Me regaló su sombrero y me dijo: Te queda mucho cine. Que la tierra te sea leve, Maestro».
El Hitler de El hundimiento
La película que llevó a Bruno Ganz a la fama y le dio a conocer internacionalmente fue El hundimiento, con su papel protagonista como Hitler, en la que se muestran los últimos días del führer antes de suicidarse. Le resultó complicado aceptar su personaje, ya que reprobó parte de su entorno, incluido Wenders.
Ganz estudió el acento de la provincia austriaca y fue a un centro de enfermos de Parkinson para aprender sus movimientos, todo para realizar una interpretación que pasaría a la historia.
La muerte del actor ha producido un gran impacto en Suiza, el consejero federal y expresidente suizo Alain Berset ha dicho unas palabras sobre él como gran profesional: «No hacía un personaje: se encarnaba en él».
El Anillo de Iffland, que debe ser llevado por el mejor actor de lengua alemana en vida, lo portaba Ganz, y ahora con su fallecimiento está a la espera de un nuevo propietario.