La plataforma de música on line Spotify se estrena en bolsa 10 años después de nacer. El martes 3 de abril, Wall Street recibió a la multinacional sueca con grandes lonas que conformaban el logo de la compañía en la fachada de la sede principal del mercado estadounidense. La puerta del edificio quedaba custodiada por dos banderas, como siempre que una multinacional importante entrá en el parqué, una sería la estadounidense y la otra la del país de origen de la empresa. Solo que en esta ocasión no fue así, en lugar de la bandera sueca, a la izquierda de la americana, se encontraba una tela roja con una cruz blanca bordada, en representación de Suiza. Un error que quedará en anécdota del acontecimiento, pero que ha provocado las burlas de miles de usuarios en las redes sociales.
A pesar de la confusión, la multinacional sueca se ha convertido en la primera compañía tecnológica europea que ha pasado a cotizar directamente en la bolsa neoyorquina, sin pasar antes por los parqués europeos. La apuesta era arriesgada, sin embargo, Spotify llegó a alcanzar un valor un 25% superior al que tenía en el mercado secundario, concretamente 165,9 dolares la acción, lo que ha hecho que la empresa esté ahora valorada en 29.500 millones de dólares.
Aunque en 2017 incrementó su facturación un 39%, Spotify a penas llega a cubrir los derechos de autor.
Daniel Ek, máximo ejecutivo de la multinacional, fue el martes 2.400 millones de euros más rico al acabar el día. El debut en bolsa de la empresa de música en streaming fue de todo menos ordinario, en los folletos de salida de sus acciones, había escritas numerosas advertencias sobre la volatilidad de la compañía y de sus numerosos problemas para generar beneficio. Como ocurre con la mayoría de las empresas tecnológicas, la plataforma sueca todavía no gana dinero. En 2017 registró unas pérdidas de hasta 1.235 millones de dólares, a pesar de que incrementó su facturación un 39%. Esto se debe a que aunque la plataforma cuenta con más de 150 millones de usuarios, menos de la mitad pagan el paquete premium, lo que a penas llega a cubrir los derechos de autor.
Otra acción extraordinaria que se ha dado en su salida a bolsa ha sido que Ek no ha contado con ningún banco para el acontecimiento. Al no haber querido ofrecer más acciones de las que antes pertenecían a accionistas privados, se ha ahorrado los intermediarios y las negociaciones, para simplemente apostar porque a su producto le fuera bien en el parqué neoyorquino. Según ha explicado un video publicado en la web de la empresa, esta técnica de cotizar sin intermediarios, habría sido un modelo de listing ideado para facilitar la tarea a los inversores interesados. De esta forma, una vez compren, podrán poner ellos mismos poner el precio a sus acciones si deciden vender.