La Asociación Complutense de Belenistas (Alcalá de Henares, Madrid) tiene el belén más grande de España. Este gran belén monumental ocupa 250 metros cuadrados y consta de 330 figuras, entre personajes y animales. Empiezan con figuras de 50 centímetros y bajan, proporcionalmente, hasta que llegan a tamaños de 14 centímetros. De esta manera, consiguen que parezca que la lejanía es mayor de lo que es.
Este belén es posible gracias al Ayuntamiento de Alcalá de Henares y a la Asociación Complutense de Belenistas, que trabajan durante todo el año para lograrlo.
Proceso de creación
Cada año, inician el proceso de creación del belén con el desmontaje del anterior belén, a finales de enero. Una vez terminado, a finales de febrero, con la designación de una persona responsable del proyecto, se inician los trabajos del nuevo belén.
Esta persona presenta su idea inicial, y sobre ella se va trabajando por equipos. Unos se encargan de la construcción de las diversas edificaciones, otros en la modelación del terreno, la realización de todos los enseres, otros sobre la electricidad, electrónica e iluminación, etc. De esta forma, trabajando coordinadamente, llega el 1 de diciembre, que es el día en el que aproximadamente las autoridades locales del ayuntamiento lo inauguran. Son 10 meses de labor continuada, sin parar ni siquiera en los meses de verano, con unas 15 personas trabajando, en total, alrededor de 950 horas cada una.
Cada año tratan de innovar. La iluminación led se inauguró en la campaña de la Navidad. Estuvo financiada por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y supuso avanzar en la vistosidad y belleza del belén monumental. Esta tecnología permite una gran variedad de colores, tonos y efectos. Además, han conseguido disminuir el consumo eléctrico, y, por tanto, el gasto económico, en más del 90%.
La novedad de este año consiste en la incorporación del lago Tiberíades o Mar de Galilea. Aunque geográficamente estaría fuera de lugar, es una alusión al devenir futuro de la vida del Niño Jesús.
Tradiciones
La Asociación Complutense de Belenistas cuenta con numerosas tradiciones que hacen que sus belenes sean tan especiales. En su belén siempre incorporan a Don Quijote y Sancho Panza. «Como buenos complutenses que somos, es la firma y seña de identidad de nuestro belén. Siempre se encuentran escondidos para no distorsionar la realidad del belén, pero en un lugar dominante, como vigilantes de la tradición popular», afirma Leopoldo Herrero, presidente de la Asociación Complutense de Belenistas.
Además, incorporan pequeños animales, como ratoncillos y erizos, que los más pequeños deben buscar y encontrar. A la entrada, se les indica qué tienen que buscar, y a la salida, si así ha sido, se les regala un pequeño obsequio. Leopoldo Herrero reconoce: «Aunque no hayan logrado el objetivo a la primera, siempre les ayudamos con nuestras pistas a lograrlo, o se llevan igualmente el obsequio, ese es nuestro secreto». De esta forma, les enseñan a interactuar con el belén y hacer que la visita sea un reto que les obligue a captar su atención sobre todos los rincones del belén, convirtiéndose en los mejores observadores y enseñándoles que el belén está lleno de detalles.
Herrero explica a Mirada 21 que, cada año, añaden flores blancas al belén, debido a una tradición antigua procedente del sur de España. Todas las asociaciones belenistas que pertenecen a la Federación Nacional Belenista la han adoptado. Es una señal de luto, que consiste en recordar o tener presentes a seres queridos que ya no están. Por ello, dejan en el regazo de la Virgen María, o a sus pies, una rosa blanca o un ramillete de estas flores, símbolo de pureza y belleza. Esta costumbre se adoptó definitivamente y difundió por los belenes a raíz de la pandemia de la covid-19, y, como no podía ser de otra manera, este año en recuerdo de todas las víctimas de la reciente DANA ocurrida en Valencia.
Paz y esperanza
Los belenistas trabajan para conseguir que cada año, la ciudad de Alcalá de Henares brille con su belén. Verlo acabado es un orgullo para ellos. Ante la pregunta de cómo esperan que reaccionen los visitantes, reconocen: «Quizás sea esta la pregunta más difícil de responder. Podríamos pensar que conseguir su asombro y admiración, conseguir los honores de contar con su felicitación y enhorabuena. Por supuesto, nos halagan sus comentarios y nos sentimos muy orgullosos de conseguir su admiración».
«Nuestro fin no es solamente hacer belenes, sino fomentar esta bonita tradición tan popular y tan nuestra», concluye Leopoldo Herrero.
Sin embargó, Leopoldo Herero añade que lo más importante y lo que más les alegraría, sería conseguir mover su conciencia más íntima y remover sus recuerdos de la infancia. Por ejemplo, cuando ayudaban a sus abuelos o a sus padres a poner ese modesto belén familiar de corcho, musgo, papel de plata y humildes figuritas de barro.»Nuestro fin no es solamente hacer belenes, sino fomentar esta bonita tradición tan popular y tan nuestra», afirma Leopoldo Herrero