El luchador hispanogeorgiano Ilia Topuria se ha proclamado campeón mundial de peso pluma en la Ultimate Fighting Championship (UFC). La madrugada del 17 de febrero, el pabellón deportivo Honda Center, en la ciudad californiana de Anaheim, acogió una de las peleas más esperadas de la temporada. Después de noquear en el segundo asalto al australiano Alexander Volkanovsky, defensor del título hasta entonces, Topuria se consagró como el primer español capaz de lograr este título.
Las artes marciales mixtas son una combinación de las técnicas provenientes de los diversos deportes de combate. Generalmente, aunque su práctica se limita a nivel competitivo, también se recurre a ellas para la defensa personal. Aunque puede parecer que carecen de reglamento, existen normas que no se pueden sobrepasar.
Cabezazos, tirones de pelo, arañazos, mordeduras o golpes en la nuca, garganta o columna vertebral son conductas que, en ningún caso, están permitidas. El ganador se debe imponer a su adversario bien por nocaut o puntos conseguidos a lo largo de las rondas disputadas. La UFC es la mayor empresa dentro de esta disciplina, por lo que cuenta con los mejores peleadores a nivel global.
Pocos minutos después del evento, Topuria se mostró agradecido con su contrincante y reconoció: “Fue un oponente duro que me hizo aún mejor, ha sido un honor compartir el octágono contigo”.
«Fue un oponente duro que me hizo aún mejor, ha sido un honor compartir el octágono contigo», afirmó Topuria.
Todavía con la cara ensangrentada, mientras exhibía el cinturón obtenido y frente a las miles de personas que contemplaron el espectáculo, Ilia Topuria desafió a una de las máximas estrellas de la compañía, Conor McGregor: “Si todavía tienes huevos, te estaré esperando en España”. Ante estas palabras, McGregor, de 35 años, respondió: “Tengo unos huevos enormes, tengo cuatro hijos”.
Ambos atraviesan momentos dispares en su carrera y tienen pesos diferentes, motivo que dificulta un posible enfrentamiento. Sin embargo, Topuria afirmó: “Estoy listo para pelear en cualquier categoría, que él elija”. Asimismo, dijo al presidente de la UFC, Dana White, que “es tiempo de brillar, es el momento de traer la competición a España”. Además, ante la posibilidad de elegir el lugar, Topuria afirmó: “Yo me quedo siempre con el Santiago Bernabéu”.
Una preparación previa necesaria
Detrás de un combate tan exigente como el del 17 de febrero, y con el objetivo de llegar en un estado óptimo, se esconden numerosas horas de preparación y esfuerzo. Todo se profesionaliza al máximo nivel y se invierte tiempo en pulir cada detalle. “Yo estudio muchísimos escenarios, si el rival está cansado, sé que tengo que hacer, lo analizo todo”, confirma Ilia Topuria.
El entrenador personal de Topuria, Aldo Martínez, relata que se profundizó en cada aspecto físico, psicológico, técnico y táctico. “El 1 de diciembre ya se puso el traje de trabajo y no se ha parado ningún día, mañana y tarde”, reconoce.
«El 1 de diciembre ya se puso el traje de trabajo y no se ha parado ningún día, mañana y tarde», asiente Aldo Martínez.
Uno de los momentos clave, antes de la cita final, es el día del pesaje. El deportista debe estar dentro del rango establecido por la categoría en la que se va a competir, lo que conlleva un esfuerzo para ellos.
Con una semana de antelación, se intensifica el proceso de deshidratación. La ingesta de agua aumenta para, poco después, reducirla drásticamente mientras se combina con numerosas sesiones de sauna. Esto ocasiona la eliminación de líquidos del cuerpo y, en muchos casos, se llegan a perder hasta ocho kilos en solo siete días. “Es como vivir el infierno en la realidad”, destaca Topuria.
My Training Camp has come to an end. The night of February 17th will mark a before and after in MMA, the belt belongs to me. I’m ready for glory. #AndNew #15 ????
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Mi Training Camp ha llegado a su fin. La noche del 17 de febrero marcará un antes y un después en las MMA, el… pic.twitter.com/seakz6TyoC— Ilia Topuria (@Topuriailia) February 13, 2024
Sin embargo, una de las virtudes más notorias de Ilia Topuria es su fortaleza mental, lo que le facilita lidiar con este tipo de situaciones complicadas. Su disciplina, forjada desde pequeño, así como la confianza en sí mismo son cualidades que lo han llevado a lo más alto. “Dejo que el miedo me atraviese, es mi mejor amigo y me ayuda a alcanzar el mayor potencial que hay en mí, sé que voy a ganar”, asiente Topuria. No obstante, admite que a causa de su actitud perfeccionista, tiene “miedo de no poder ver” su mejor versión.
«Dejo que el miedo me atraviese, es mi mejor amigo y me ayuda a alcanzar el mayor potencial que hay en mí, sé que voy a ganar», confiesa el campeón.
Orígenes humildes
Ilia Topuria nació en la ciudad alemana de Halle y, durante la infancia, se mudó con su familia a Georgia. Allí se aficionó a la lucha grecorromana, en la que, desde bien temprano, ya apuntaba maneras. En una ocasión tuvo una pelea en el colegio, y el profesor que lo tranquilizó le aseguró que tenía las condiciones necesarias para triunfar en los deportes de contacto. Con 15 años, huyeron del conflicto armado que había en Osetia del Sur y encontraron su hogar en España.
En Alicante, fue su madre quien le apuntó a un gimnasio y, desde entonces, comenzó su trayectoria en las artes marciales mixtas. En 2014, mientras compaginaba los entrenamientos con su labor de guarda de seguridad y cajero, también se estrenó en la jaula ante la mirada de Arnold Schwarzenegger. Su carrera adquirió protagonismo, y en 2020 debutó en la UFC. En la actualidad, y tras 15 apariciones, continúa invicto. “Verán el ejemplo de una persona que si cree y confía en sí misma, todo es posible, solamente levántate y pelea por tus sueños”, manifiesta Topuria.
«Verán el ejemplo de una persona que si cree y confía en sí misma, todo es posible, solamente levántate y pelea por tus sueños», destaca Topuria.
Ilia Topuria, desde el primer instante, acogió la bandera española con cariño, y no duda en “levantarla y presumir de ella” en cada uno de sus triunfos. Además, advierte de que si alguien reprocha este gesto delante delante de él, “pagará por sus palabras y hechos”.
Su carisma y manera de actuar cautivan al público, razón por la que, ahora mismo, es el hombre de moda en la UFC. Daniel Arteaga es un admirador del deportista, incluso lo conoce personalmente, y declara que “es un orgullo que represente a España, es un referente, la manera de transmitir su mensaje hace que te motives”.
Daguestán, fábrica de campeones
La cuna de las artes marciales mixtas está en Daguestán, una de las 24 repúblicas que componen Rusia. Allí, la práctica de modalidades como la lucha libre, grecorromana, sambo y grappling es una tradición arraigada desde siglos atrás. Hoy en día, seis de los mejores peleadores a nivel internacional son procedentes de este territorio, una cifra elevada para la poca población que tiene el lugar.
Por su posición geográfica, los habitantes han sufrido conflictos bélicos y, en consecuencia, se especializaron en este tipo de prácticas como método de defensa. Estos conocimientos se han transferido entre generaciones y, todo ello, sumado al ansia por abandonar la pobreza, hace que los pequeños de cinco y seis años encuentren en estos deportes un estilo de vida.
Pocos alcanzan la fama, pero, para no alejarse de la industria, abren pabellones y se convierten en entrenadores. Esta dedicación provoca una mejora de las técnicas y el nacimiento de nuevas llaves de combate. Cuando un joven consigue algún trofeo, en su gimnasio se le recibe apasionadamente y se le entrega el título de maestro.
Otro de los factores por los que estos atletas son superiores es la elevada altitud a la que se ejercitan. El origen reside en los pueblos de las montañas, a miles de metros sobre el nivel del mar, lo que desarrolla un cardio y capacidad pulmonar mayor de lo normal. Esto se convierte en una ventaja considerable sobre sus rivales. Además, casi toda la sociedad es profundamente religiosa, por lo que sus prioridades son dormir, comer, rezar y entrenar. Motivos por los que presentan una disciplina ejemplar.