Joe Biden es el nuevo presidente de Estados Unidos. Los demócratas se han hecho con la victoria en las urnas, o al menos así es hasta que la Corte Suprema tome una decisión acerca de las acusaciones de «fraude» presentadas por el todavía presidente Donald Trump. A la espera de una resolución, Biden esperará hasta el día 20 de enero (cuando jurará el cargo) mientras diseña el camino que seguirá su Gobierno, el primero tras la era Trump, en unos Estados Unidos muy diferentes a los que dejó en 2017, cuando fue el vicepresidente de Barack Obama durante dos legislaturas.
Biden hereda un país asolado por el coronavirus, en el que cada semana aumenta el listado de víctimas. Un país que se recupera de la crisis económica global de 2020. Un país fragmentado por las protestas raciales, por el movimiento Black Lives Matter, por la regulación de las armas y de la inmigración. Un país que, tras las elecciones, se encuentra polarizado entre quienes han elegido a Biden y quienes apostaron por el continuismo trumpista: 76 millones y 71 millones, los dos candidatos más votados en toda la historia de Estados Unidos.
Apaciguar un país dividido
Las acusaciones vertidas por el presidente Donald Trump, en las que acusaba de la existencia de un «fraude» en el conteo de votos para explicar su derrota, y la advertencia de llevar el caso a la Corte Suprema de Estados Unidos, alargarán unos días más (el precedente entre Al Gore y George W. Bush en 2000 da una fecha aproximada de 35 días) la oficialización plena de los resultados. Hasta este momento, Biden se encuentra en la antesala de su Presidencia. Sin embargo, este camino no será sencillo. Los partidarios del candidato republicano han marchado por las calles de algunas de las ciudades más importantes del país mientras reclamaban, durante el conteo, que se detuviera el escrutinio tras la rueda de prensa en la que Donald Trump se autoproclamaba vencedor, aunque aún no hubiera resultados oficiales. Una vez anunciada la victoria de Biden, las protestas se han tornado en acciones violentas que acusan al vencedor de haber amañado el proceso.
America, I’m honored that you have chosen me to lead our great country.
The work ahead of us will be hard, but I promise you this: I will be a President for all Americans — whether you voted for me or not.
I will keep the faith that you have placed in me. pic.twitter.com/moA9qhmjn8
— Joe Biden (@JoeBiden) November 7, 2020
La dupla Biden-Harris deberá, en este plazo anterior a la Presidencia y durante sus cuatro años de legislatura, apaciguar el incendio político que afecta a la sociedad estadounidense. El nuevo presidente ha querido transmitir, en más de una ocasión, que gobernará para sus votantes y para quienes escogieron a los republicanos. Biden ha pedido unión en tiempos de separación: «Queremos que nuestro país se una, no que se desmorone». A pesar de la polarización del voto, la posición de Biden como candidato más apoyado por las urnas en la historia del país puede ser un buen punto de partida para la unidad.
La pandemia será otro de los baches con los que iniciará su legislatura
La crisis del coronavirus ha tenido un impacto significativo en Estados Unidos. La decisión del actual presidente de no tomar medidas muy restrictivas para combatir la pandemia, así como sus apariciones públicas sin mascarilla, la infravaloración de los efectos de la enfermedad sobre las personas o la normalización y continuación de la vida normal con el virus en las ciudades han colaborado a un aumento de los casos y a que, aún hoy, mientras los estados europeos y otras naciones mundiales se enfrentan a una segunda ola, Estados Unidos continúe sumergido en la primera, con récords de contagios y muertes: 132.797 contagios el día 6 de noviembre, la cifra más alta en toda la pandemia. Mientras el número de 10 millones de contagiados y de 239.000 fallecidos aumentará previsiblemente en las próximas semanas, Joe Biden deberá prepararse para tomar las riendas de un país colapsado por la enfermedad.
La dupla Biden-Harris deberá, en este plazo anterior a la Presidencia y durante sus cuatro años de legislatura, apaciguar el incendio político que afecta a la sociedad estadounidense.
En sus intervenciones públicas, Biden ya ha pedido que los estadounidenses utilicen la mascarilla ante lo que ha calificado como «un invierno oscuro». La vacuna de Pfizer podría llegar a finales de este año, lo que supondría un respiro para el sistema de salud nacional ante la avalancha de casos a los que se enfrenta a diario. Durante la campaña electoral, una de las principales promesas del candidato demócrata fue el asegurar que el tratamiento sería accesible a todos los ciudadanos, sin importar su economía. Además, ha anunciado que en su Gobierno se seguirá «una estrategia nacional coherente».
Las relaciones internacionales tras el «America First» de Trump
Donald Trump siguió una política aislacionista durante su mandato. La salida del Acuerdo de París sobre el cambio climático o el fin del pacto nuclear con Irán pueden ser cosa del pasado en la nueva Administración. Joe Biden ya ha anunciado que Estados Unidos regresará al Acuerdo de París y restablecerá los tratados con Irán. Además, tras los aranceles del presidente Trump a los productos externos, Biden ha anunciado una mayor colaboración con la Unión Europea y con la OTAN, dos instituciones con quienes se habían dinamitado los puentes de unión.
Donald Trump logró ser el primer presidente en la historia de Estados Unidos que no entró en un conflicto armado. Sin embargo, su Gobierno no puede ser considerado completamente pacífico, debido a los conflictos diplomáticos con Corea del Norte y Rusia, la guerra comercial con China y las acusaciones contra el país asiático de ser los creadores del coronavirus, la cercanía de una guerra con Irán, fruto del asesinato del general iraní Solemaini, y los conflictos con México por la inmigración ilegal y la construcción de «El Muro». Ahora, Biden hereda esta calma tensa internacional. Queda pendiente saber cuál será su postura con respecto a los rivales de la anterior Administración, si continuará con los ataques a China en materia arancelaria o si, finalmente, procederá a una intervención militar en Irán. También habrá que esperar para conocer cuál será su postura con sus vecinos Canada y México, con los que se espera que mejore la relación actual tras la amenaza de Donald Trump de abandonar el acuerdo comercial con ambos estados (NAFTA).