Uno de los mayores retos a los que día a día se enfrenta un profesional es saber comunicar con propiedad y eficiencia. Hay quienes ante un superior, tarima o gran auditorio sufren nervios, en algunos casos severos, pero es normal. Según ha explicado este jueves en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), en un taller del Área de Postgrado y Consultoría, Juan Manuel Vizuete, experto en mediación y oratoria, “la única fórmula para controlar el miedo escénico es salir y practicar».
Vizuete: “Yo tengo el temor, pero no lo muestro”.
Cuando una persona sufre miedo escénico es porque su cerebro “hace que esa situación le parezca peligrosa”, aunque no haya peligro real, porque “el miedo es algo natural”. En concreto, este “nace de dar valor a los juicios de los demás” y “se ancla en la incertidumbre”. De hecho, según ha explicado Vizuete, “la mayor incertidumbre del ser humano es la muerte”, y “si esta se gestiona, ¿cómo no se va a conseguir con el miedo escénico?”
Según ha argumentado Vizuete, todo el mundo tiene miedo escénico, pero no hay que hacerse “autozancadillas”. “Yo tengo el temor, pero no lo muestro”, ha añadido. Por eso, y porque fuera de la zona de confort surge este temor, “lo mejor” es ir al sitio donde se va a realizar la ponencia y prepararse en conciencia. De esta forma, y a través del esfuerzo y trabajo, “cualquiera puede ser el mejor orador del mundo”.
Estar preparado y disfrutar, claves en el miedo escénico
Para Vizuete, hay siete claves a tener en cuenta para controlar, y utilizar en favor de uno, el miedo escénico: estudiarse el tema; tener una actitud positiva; tener una postura estable y no rígida; ser capaz de controlar los imprevistos, aunque “es imposible controlarlo todo”; estar centrado en el presente; pensar en el objetivo a conseguir y, ante todo, disfrutar de lo que se hace. “Si yo disfruto, hago que la gente también lo disfrute”, ha apuntado.
Vizuete: “Todo el mundo se puede equivocar”, pero no hay que “hacer alusión al error”.
Por eso, es importante “siempre” beber agua antes de salir a hablar, porque, además de por razones fisiológicas, “hace que el cerebro se relaje”. Asimismo, hay que fijarse en las “personas positivas del público”, porque estas hacen que uno sea “más receptivo”. De hecho, lo mejor para Vizuete es buscar puntos donde hay muchos oyentes concentrados y mirar al público en forma de W.
Cuando haya equívocos, es importante seguir hablando. “Todo el mundo se puede equivocar”, pero no hay que “hacer alusión al error”, ha explicado Vizuete, quien cree que hay que continuar con “naturalidad”. Además, es muy bueno pensar en el público como individuos distintos y no como un “dragón” al que hay que hacer frente. “Pensemos que son personas como nosotros”, ha aclarado el experto en mediación y oratoria.
Por último, Vizuete ha añadido que es importante comprender que el auditorio “siempre” te va a evaluar, pero que lo importante es dar lo mejor de uno mismo, el 100%. “No hay que darle exclusiva importancia a la valoración que las personas tienen sobre nosotros”, porque “nunca se puede contentar a todo el público”, ha apuntado. Además, ha recordado que la propia percepción de uno mismo no tiene por qué ser la que tengan los demás, y que el miedo escénico “es natural y necesario”, pero que hay que “utilizarlo en favor de uno mismo”.