La tasa de riesgo de pobreza en España ha aumentado un 0,2% con respecto al año 2015, por lo que se sitúa en un 22,3%. Esta es la cifra más alta registrada en toda la serie histórica de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), realizada por el INE (Instituto Nacional de Estadística) con los ingresos declarados en el año 2015.
La ECV no mide la pobreza absoluta, sino la desigualdad. Esto es, cuántas personas cuentan con ingresos inferiores respecto al conjunto de la población. El INE utiliza las rentas declaradas de los españoles, elabora una lista de mayor a menor, y aquellas que se sitúen por debajo del 60% están en riesgo de pobreza.
Por lo tanto, si aumentan los ingresos de los españoles, también se incrementa el umbral de pobreza. En 2016, los hogares con una persona se embolsaron 8.209 euros, y uno de dos adultos y dos niños, 17.238 euros. Esto supone un crecimiento de un 2,5%. En cuanto a la situación económica de los hogares, un 15,3% de los encuestados aseguró que llega a fin de mes con “mucha dificultad”. Además, el 39,5% de los españoles no pueden permitirse una semana de vacaciones fuera de casa al año.
Asimismo, un factor que influye en la disminución de la tasa de riesgo de pobreza es si la vivienda es propia o está cedida gratuitamente. Al tener en cuenta este factor, el riesgo de pobreza dividido por edad adquiere más sentido. Las personas mayores de 65 años, que, según el INE, son “propietarias de su vivienda en mayor proporción”, es el grupo de la población con el porcentaje más bajo, un 6,3%. Por el contrario, el 28,4% de los jóvenes menores de 16 años se encuentra bajo el umbral.
El nivel educativo y la nacionalidad, factores clave en el riesgo de pobreza
Cuanta más formación académica, menos posibilidades de situarse bajo el umbral de pobreza. Así lo dicen los datos de la ECV 2016, en la que se refleja que el 10,3% de las personas con grado universitario están en riesgo, frente a un 29,2% que ha completado la primera etapa del título de Educación Secundaria.
Asimismo, más de la mitad de los encuestados (52,1%) que proceden de países no pertenecientes a la Unión Europea se encuentran en riesgo de pobreza. De los emigrantes de estados comunitarios, el 40,3% vive una situación económica complicada. A diferencia de estos dos grupos, los españoles bajo el umbral conforman un 18,8%.