La cerveza es buena para el corazón. Esta ha sido la principal conclusión a la que se ha llegado en el V Simposio Internacional de la Cerveza. “Ingerida de forma moderada y acompañada de alimentos saludables, podría formar parte de un patrón alimentario como la dieta mediterránea”, ha explicado el consultor del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y presidente del encuentro, Ramón Estruch.
El simposio, celebrado este martes en Madrid, ha concluido con que los compuestos bioactivos contenidos en la cerveza -concretamente en los polifenoles y el silicio- podrían tener efectos protectores sobre los vasos sanguíneos, el corazón y la muerte celular neuronal causada por el estrés oxidativo. Si hasta la fecha se recomendaba una copa de vino por comida, ahora se podrá hacer lo mismo con la cerveza.
«En un modelo experimental de infarto, el consumo regular de cerveza tradicional podría modular la expresión de genes cardioprotectores en la zona de miocardio dañado», ha explicado la investigadora del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares (CSIC-ICCC) Gemma Vilahur, quien ha argumentado que este tipo de bebidas «podría proteger» la «oxidación» en las personas obesas «sin incrementar el peso ni alterar la función endotelial».
En este punto, la directora del Instituto de Investigación, Nutrición y Seguridad Alimentaria y profesora del Departamento de Nutrición, Ciencia de los Alimentos y Gastronomía en la Universidad de Barcelona, Rosa Lamuela, ha recordado que, pese a todo, es fundamental llevar una vida saludable. Un estilo que incluya una actividad física regular y una dieta de consumo apropiada.