El Gobierno de Colombia y la banda terrorista FARC firmaron este jueves un nuevo acuerdo de paz, que sustituye al fracasado de hace escasamente dos meses. En el Teatro Colón de Bogotá, Juan Manuel Santos Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’ se estrecharon las manos para sellar una ansiada paz duradera y dar inicio a la andadura política e institucional del grupo terrorista.
El nuevo acuerdo de paz llega tras el fracaso del anterior, que contó con la oposición de una parte importante de la sociedad colombiana. El pasado 2 de octubre, los colombianos dijeron ‘no’ a un acuerdo en el que no vieron reflejadas las exigencias de las cientos de miles de víctimas de las FARC. En una estrategia política criticada por la oposición, el presidente Santos decidió que en esta segunda ocasión el tratado no se sometería a referéndum.
El pasado 2 de octubre, los colombianos dijeron ‘no’ a un acuerdo en el que no vieron reflejadas las exigencias de las víctimas.
La tramitación parlamentaria del acuerdo no será un camino de rosas. El documento deberá pasar por las Cámaras Legislativas con oposición del Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe. Su aprobación será sencilla, ya que Santos cuenta con una amplia mayoría, sin embargo el engranaje de leyes que necesita el acuerdo necesitará de mucho diálogo.
«El acuerdo surgió tras un diálogo abierto y franco con todas las partes. Un acuerdo mejorado y ajustado que incorpora la inmensa mayoría de las propuestas presentadas», comentó el presidente Juan Manuel Santos en el acto de la firma del tratado de paz.
El optimismo de Santos respecto a la actitud de los terroristas a partir de ahora es palpable. «En 150 días todas las armas de las FARC estarán en manos de las Naciones Unidas. Las Farc, como grupo armado, habrán dejado de existir», explicó el mandatario colombiano.
«En 150 días todas las armas de las FARC estarán en manos de las Naciones Unidas», comentó Santos.
El líder de los terroristas animó a dejar el enfrentamiento. «Que la palabra sea la única arma de los colombianos. El pueblo está harto de violencia, de intolerancia. La primera demanda nacional es que se ponga fin el uso de las armas en la política, que se garantice el derecho a disentir, que la vida y la integridad personal, la libertad de movimiento y pensamiento sean reales», comentó el máximo representante de una banda terrorista responsable de cientos de muertes.
Para la oposición el nuevo acuerdo no refleja la intención sincera de querer alcanzar la paz. «El Gobierno prefirió la imposición que divide a los colombianos», comentó el líder del Centro Democrático de Álvaro Uribe. Para el ex presidente, el Gobierno de Santos intenta culparlos a ellos del desacuerdo social. «Quieren engañar a la ciudadanía culpando de la violencia a quienes no aprobamos su acuerdo de impunidad con la FARC«, explicó.