Donald Trump y Kamala Harris se disputan el despacho oval de la Casa Blanca. El martes 5 de noviembre, los estadounidenses eligen al que va a ser su presidente durante los próximos cuatro años. Acuden a las urnas en unas elecciones marcadas por la importancia de los indecisos y el resultado en los estados bisagra.
Tras una campaña electoral sin precedentes, marcada por el intento de asesinato de Donald Trump en Pensilvania y la retirada del presidente Joe Biden de la carrera electoral a última hora, las encuestas más recientes remarcan una igualdad máxima. Además, a esta paridad entre republicanos y demócratas se le suma la gran cantidad de votantes indecisos: casi alrededor de 1,2 millones de personas.
Los estados bisagra, la clave
La clave de los comicios está en los conocidos estados bisagra, unas regiones sin una tendencia clara de voto, cuyos delegados suelen variar de unas elecciones a otras. A diferencia de otros territorios, estos estados no son feudos demócratas ni republicanos. Además, tal es la importancia que adquieren en estos momentos, que los principales esfuerzos de las dos grandes candidaturas suelen centrarse en captar el voto en estos lugares, a sabiendas de que el candidato que obtenga más representación de estos Estados va a ser, con casi total seguridad, el ganador.
El número de estados bisagra no es fijo y puede variar en cada elección. En esta llamada a las urnas, los estados a los que hay que prestar especial atención son Nevada, Arizona, Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. En total, en estos territorios se reparten 93 delegados electorales de los 270 necesarios para ser elegido presidente.
Además, estos estados tienen márgenes electorales estrechos debido al equilibrio existente entre los votantes republicanos y demócratas. Los cambios demográficos y las diferentes opiniones de las zonas urbanas y rurales convierten los resultados en impredecibles. Con tan solo algún pequeño cambio, la balanza puede decantarse hacia cualquier lado.
La situación actual en estos estados
La igualdad en los estados bisagra es máxima. Según los últimos sondeos, la diferencia entre Trump y Harris apenas varía entre uno y dos puntos porcentuales, de media. Hace unas semanas, Kamala Harris llevaba la delantera sobre Donald Trump pero, con el paso de la campaña, el candidato republicano ha logrado reducir la ventaja de su rival. Ahora mismo, a nivel nacional les separa menos de un punto en las encuestas, y los estados más disputados siguen extraordinariamente reñidos.
Ninguno de los dos candidatos tiene una ventaja significativa en estos siete estados decisivos. Harris lidera los sondeos en Pensilvania, Carolina del Norte, Nevada y Wisconsin, con un punto porcentual. Donald Trump hace lo propio en Michigan, Georgia y Arizona, aunque en estos el candidato republicano afianza su dominio y eleva la distancia en dos puntos.
Sin embargo, la ventaja en estos territorios es tan escasa que entra dentro del margen del error, y más en un entorno tan volátil como es el de las campañas electorales. Por ello, cualquier cambio de tendencia en alguno de estos estados podría alterar por completo el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.