En el coche, en casa mientras se cocina, antes de dormir y recién despertado… la radio acompaña a sus oyentes desde que salen de la cama hasta que vuelven a ella. Durante el siglo XX, la radio ha sido el medio inmediato de referencia y, aunque muchos auguraran su caída año tras año, siempre se ha mantenido como un baluarte del periodismo.
Alfredo Arense, profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, director de Onda Universitaria y conocido locutor (gracias a programas como Las Mañanas Kiss), celebra el Día Mundial de la Radio con una entrevista a Mirada 21 en la que repasa cómo ha cambiado la radio en los últimos años.
¿Se han equivocado aquellos que hablaron de la muerte de la radio?
Sí, totalmente. La radio no ha muerto, simplemente se ha ido transformando. Antes era la AM, luego la FM, ahora la FM compartida con los servicios a la carta. El único retoque que yo veo es el de intentar adaptar tus contenidos y tu forma de hacer radio a los hábitos de escucha del oyente. Antes se hacía radio para una hora concreta, ahora se puede escuchar a cualquier hora del día. Adaptarte a esos hábitos de escucha es el reto que tenemos.
¿Internet va a ganar la batalla a las ondas?
Yo creo que sí. A mí no me gustaría, pero va a haber un momento que nos montemos en el coche y que escuchemos radio a través de nuestro reproductor por wifi y podamos sintonizar una radio extranjera o lo que queramos. Lo que pasa es que serán radios mucho más globalizadas y habrá mucha más competencia que antes. Yo creo que igual que la AM ya no se escucha, pasará lo mismo con la FM. Porque los postes repetirán ondas wifi.
Arense defiende que en la actualidad las emisoras deben especializarse.
Utiliza mucho el término de radio estratégica…
¿Dónde ha leído usted eso (interrumpe con una sonrisa)?
En un artículo de Guillermo Vila…
Citó bien la fuente, entonces.
Así que, ¿a qué se refiere con la radio estratégica?
Antes uno se sentaba delante de un micro y contaba lo que quería, lo que fuera interesante o la exclusiva del momento. Y ya el otro día lo vimos en el programa de Salvados con José María García y José Ramón de la Morena… antes los locutores se podían permitir hacer el programa que quisieran.
Ahora no. Tienen (los locutores) que hacer una radio mucho más pensada, estudiando los hábitos de escucha del oyente, teniendo en cuenta que la exclusiva ya no es lo más importante en radio; teniendo en cuenta que la inmediatez ahora la tiene Internet. Cuando hablo de radio de estrategia me refiero a que es muy importante saber la hora a la que estás, hacer mucho marketing y saber qué radio estás escuchando, saber que tienes mucha más competencia y ser mucho más globalizada y mucho más especializada, dejando atrás la radio generalista.
¿Es mejor la radio del siglo XX o la actual?
A mí me emocionaba mucho la radio del siglo XX. Me parecía mucho más fascinante, mucho más personal y que cautivaba. Ahora no veo a las nuevas generaciones tan cautivadas por la radio. Pero es verdad que la radio de ahora es una radio mucho más apasionante desde el punto de vista estratégico, con más retos y que tiene que ser estudiada. Tienes que estar muy preparado, ya no puedes abrir el micro y decir lo que quieras.
«La radio te permite imaginar, genera sentimientos y emociones».
Esas nuevas generaciones poco emocionadas, ¿son de oyentes o de locutores?
Ambas. Las nuevas generaciones de locutores las veo, muchas veces, más preocupadas por el éxito que por la pasión que genera hacer radio. Y los nuevos oyentes no consumen radio como antes. Antaño estábamos siempre escuchando, es verdad que antes no teníamos más entretenimiento y ahora sí. En la actualidad, la radio se limita al coche, y ahí también muchas veces escuchamos Spotify o canciones en YouTube.
Veo poca motivación en los oyentes y ahí creo que las emisoras debemos replantearnos que tenemos que seguir emocionando a la vez que somos conscientes de los nuevos hábitos.
¿Qué le diría a alguien que nunca ha escuchado la radio?
Pues… que no está vivo. Porque la radio te permite imaginar, te permite generar sentimientos y emociones que, al ser solo audio, te obliga a crear imágenes. Esa capacidad de ser tú mismo el motor de esas imágenes es algo apasionante. Al igual que la música, la radio nunca va a desaparecer.
Le diría que escuchara radio, que hay ahora podcasts increíbles de gente muy buena, haciendo muy buena radio desde su casa y gente que hace radio recopilando todo lo que ocurre en la sociedad de manera atractiva.
«Cada vez, los programas de nicho funcionan mejor».
¿Y a alguien que no le gusta (la radio)?
Por lo menos la ha escuchado. Pero dudo muchísimo que a alguien no le guste la radio.
¿Por qué?
Porque te puede no gustar un programa, pero sí otro. Es como la música: es algo que te entra por el oído y que te entretiene.
¿Considera radio programas como La Vida Moderna?
Muy bueno, me gusta mucho. Son programas que sorprenden, que son entretenidos… quizás les falta un punto de estrategia: pensar a qué público voy, cómo puedo competir con la gente que está haciendo radio a la vez que yo. Pero también esa desinhibición que tienen es la clave de su éxito. Creo que el punto medio es el equilibrio entre el arte, la estrategia y el libre albedrío que es ponerte delante de un micrófono.
Porque también creo que, cada vez, los programas de nicho funcionan mejor. Las grandes audiencias y los grandes públicos son algo que creo que deben empezar a olvidarse. Creo que la publicidad va por ese camino: programas muy especializados que coincidan con su target.