El riesgo de epidemias se dispara en Mocoa, capital del Putumayo, una de zonas más grandes de Colombia, debido a la gran cantidad de cadáveres sin recuperar que existe todavía en el fango.
Las autoridades sanitarias advierten del peligro de contagio de la hepatitis A, presente en situaciones similares en alimentos y agua en mal estado. La principal causa es la descomposición de los cuerpos. Además, las entidades de ayuda humanitaria internacionales avisan de que, cada día, el riesgo de contraer otras enfermedades respiratorias, cutáneas y gastrointestinales aumenta exponencialmente.
La avalancha por el desbordamiento de un río cercano, por las lluvias torrenciales, despertó a la ciudad la madrugada del sábado 1 de abril. Ha arrasado con el 50% de esta ciudad, y hay 17.500 damnificados. Los últimos datos confirman la existencia de 273 fallecidos, 262 heridos y más de 450 desaparecidos.
Los equipos de rescate continúan con las labores de búsqueda, ya que solo se ha podido identificar a 100 de los fallecidos, algunos encontrados a varios kilómetros (en Puerto Limón, a una hora en coche). No hay agua corriente ni luz en la ciudad, tampoco en otras zonas del Putumayo.
Los vecinos están organizando cenas para todas las familias que han sobrevivido y que se han quedado sin nada. Las organizaciones internacionales ya han donado productos como agua embotellada, alimentos básicos, pañales o productos de aseo.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se ha desplazado a la zona y ha declarado que esta catástrofe servirá para remodelar y reconstruir un Mocoa «mejor que el de antes», con unas infraestructuras más seguras.
El presidente de China, Xi Jinping, ha anunciado que el país asiático va a donar un millón de dólares a Colombia para ayuda humanitaria, un gesto que Santos ha agradecido.