El Rey Guillermo de Holanda ha desvelado su secreto mejor guardado en una ronda de entrevistas previas a su 50 aniversario. El monarca lleva desde 1996 pilotando vuelos comerciales de la aerolínea holandesa KLM.
Guillermo realiza, de incógnito, dos viajes al mes para la compañía, a bordo de un Fokker 70, en lo que define como “un sueño de juventud hecho realidad”. El Rey fue piloto militar del 334 escuadrón de transporte del Ejército del Aire holandés y coronel de la Fuerza Aérea.
Se estrenó como piloto comercial hace 21 años, todavía como príncipe heredero, y continuó realizando vuelos tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz, y su llegada al trono en 2013.
El Rey ha asegurado al periódico holandés De Telegraaf: “Es una afición en la que debo concentrarme por completo. Son los mandos del avión, la tripulación y los pasajeros una gran responsabilidad. Tus problemas no caben en la cabina. Toda tu atención está en el vuelo, y eso para mí es lo más relajante”.
Guillermo reconoce que nunca se presenta para mantener, dentro de lo posible, su anonimato: “Siempre hablo en nombre del capitán”, cuenta que “las cosas han cambiado mucho desde los atentados del 11-S en Estados Unidos”. “Antes, la cabina permanecía abierta a menudo, la gente echaba un vistazo, y ahí, cuando me veían, era una sorpresa agradable”, explica el monarca, que añade que desde que han cambiado las normas, hay menos contacto con los pasajeros.
KLM tiene previsto sustituir su flota de Flokker 70 por el modelo Boeing 737, por lo que el monarca se preparará en verano para manejarse con la nueva aeronave, con la que quiere “viajar con pasajeros a destinos lejanos”.
Guillermo Alejandro de los Países Bajos, quien admite haber sido un adolescente disperso y un joven descentrado, asegura que desde que la reina Máxima está a su lado, llevan casados 15 años, ha conseguido encontrarse.