La puntualidad es la virtud de cumplir en tiempos establecidos cierta actividad o asistir a encuentros previamente acordados. Puede estar ligada a la disciplina y a la gestión de tiempo de las personas, de igual forma, puede dar orden y eficacia en las actividades cotidianas.
Esta virtud es una estrategia que ayuda a las personas a ordenarse con relación a su propia rutina, su vida y a los compromisos que tienen con otras personas. También los obliga a comprometerse, a mantener una estabilidad en el día a día, por lo que los hace sentir más eficaces, productivos y por ende permite que se sientan mejor, con ellos mismos y con los demás.
La baja autoestima
“La forma en la que las personas se ven a sí mismas afecta en casi todo lo que hacen y en la visión que tienen hacia la mayoría de las cosas que realizan, por lo que la baja autoestima conlleva que las personas den todo por hecho y opten por una actitud previa frente algún tipo de acción o situación” ha explicado a Mirada 21 Myriam González Gómez, psicóloga sanitaria.
Las personas inseguras de sí mismas tienden a sobreidentificarse con los errores que cometen, y esto lleva a que no valoren los aciertos, lo que evita llegar a una visión más equilibrada, donde se estudie si la causa de haber llegado impuntual al compromiso fue por factores externos a la persona o no. En consecuencia, conlleva a que este grupo de personas se sobreidentifiquen con los errores que cometen.
Myriam González añade: «En la impuntualidad se debe tener en cuenta que el control absoluto, la precisión y la certeza absoluta de llegar puntuales a todos los sitios es algo imposible. Y si en algún momento nos sucede esta situación y, por cualquier circunstancia, sea nuestra responsabilidad o sea responsabilidad de cualquier otro factor externo como transporte público, un accidente, un problema familiar o de cualquier cosa, tratar de pensar qué es lo que nos puede pasar y si es algo que se puede solucionar».
«En la impuntualidad se debe tener en cuenta que el control absoluto, la precisión y la certeza absoluta de llegar puntuales a todos los sitios es algo imposible», afirma la psicóloga Myriam González
De igual forma, la puntualidad es algo que ayuda a las personas a ordenarse, pero cuando es en exceso, en lugar de ordenarlos, los va a angustiar, va a generarles ansiedad y todo eso se va a volver en su contra, va a ser una estrategia que va a pasar de ser funcional a disfuncional.
Cómo mantener la puntualidad en el límite adecuado
Para evitar obsesionarse con la puntualidad y mantenerla en un nivel sano, las personas tienen que entender cada situación, de modo que puedan identificar si son responsables o no de ella, y teniendo en cuenta esto, deben tomar acción para que no vuelva a ocurrir. Un factor que también se debe tener en cuenta es la cultura en la cual crecen o son parte, ya que esto puede influir en su gestión de tiempo. Aun así, la puntualidad es algo en lo que se puede trabajar con la ayuda o métodos adecuados a cada uno, pero, si es un problema mayor, se debe acudir a un profesional para que lo trate de forma correcta.