Buscamos la verdad porque creemos en ella

- PENSAMIENTO - 11 de octubre de 2022
DIRCOM de la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de…
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“Buscamos la verdad porque creemos en ella”. Este es el lema de Mirada 21, el grupo de medios de comunicación que hacen profesores y alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria. Lo tenemos en una pared de la redacción. “Buscamos la verdad porque creemos en ella”. La afirmación no es fácil de explicar, ni siquiera para el que la escribió, pero presupone varias cosas sobre nuestra noción de verdad. 

Primero, que creemos que la verdad existe. De otro modo, ¿qué sentido tendría buscarla? De hecho, al principio pensamos en que el enunciado fuera: “Buscamos la verdad porque creemos que existe”. 

Segundo, decir que creemos en ella significa pensar que la verdad no es algo abstracto, sino algo concreto. De otro modo, ¿qué sentido tendría creer en ella?, ¿quién confía su vida o su vocación a un concepto? Por lo tanto, afirmar que buscamos la verdad porque creemos en ella no solo es creer que en realidad existe, sino que es algo concreto. Pero podemos decir algo más, podemos ir más allá. Esta frase, este lema fue puesto en ese muro con una pretensión: Quiere ser un leitmotiv de nuestra labor como comunicadores, es decir, la razón a la que recurrir permanentemente.  

«Si la verdad es algo en lo que puedo confiar, la verdad es un bien en sí misma».

Al decir que la confianza en la verdad es lo que nos motiva a buscarla estamos dando razón de nuestra misión como periodistas. Pero también estamos explicando el para qué, el sentido de nuestra labor. Si la verdad es algo en lo que puedo confiar, la verdad es un bien en sí misma.  

Por lo tanto, buscar la verdad tiene sentido, pues al alcanzarla obtengo un bien. Ese es el fin que persigo cuando la busco. Antes al contrario, ¿tendría sentido caminar hacia ninguna parte?, ¿tendría sentido buscar la verdad de un acontecimiento de actualidad si la verdad no existiera ni se pudiese alcanzar? Tampoco parece viable. Entiendo que es una condición necesaria, pero tantas veces caminamos por la vida o ejercemos nuestro trabajo sin resolver o responder a estas preguntas… 

Saber que Santiago de Compostela existe no es el motivo que me lleva a hacer el Camino ni a querer alcanzar la meta. Si camino hacia Santiago es porque confío en el testimonio de otros que lo han recorrido, que me dicen que existe y que merece la pena recorrerlo y llegar con mi Compostela a abrazar al santo. Muchos son los motivos que dan, muchas son las bondades que me muestran, y he de creer en ellos para poder experimentarlo si no lo conozco. Me hablan de peregrinar, de la compañía de los que caminan conmigo, de un viaje interior. No solo de mirar el paisaje. 

Cuando decimos que buscamos la verdad porque creemos en ella es necesario caer en la cuenta de que la búsqueda comienza en nosotros mismos. En conocer la verdad sobre nuestra propia vida. Eso sí nos compromete. Buscar y encontrar nuestros defectos, límites, miserias…, y aceptarlas… Pero también ver todas nuestras virtudes y talentos con realismo, para estar agradecidos por ellos y ponerlos al servicio de los demás en esta comunidad de dones que pretende ser Mirada 21. 

Creemos que eso es buscar la verdad y confiar en ella. Mirarnos en los otros y en el Otro para saber quiénes somos realmente. De lo contrario, se antoja más difícil todavía encontrar la verdad allí afuera sin haber conocido la nuestra.  

¿Y qué verdad sobre nosotros mismos buscamos en Mirada 21? Después de darle muchas vueltas estos años de experiencia formativa, el equipo de directores lo tiene algo más claro. Queremos que, cuando nuestros futuros comunicadores salgan de aquí después de unos años de una formación integral más intensa que la de sus compañeros, sean lo más plenamente conscientes de quiénes son: unos simples aspirantes a becarios de unos medios de comunicación. Sí, no importa las horas de vuelo que hayan hecho delante del micrófono o detrás de la cámara; las campañas publicitarias diseñadas para Chanel o Bankinter; las otras campañas, las electorales que hayan cubierto, o los documentales que hayan producido. Han de saber que no llegan ni a aspirantes a meritorios. Aquí llegarán a ser veteranos respecto de sus compañeros de clase, pero la verdad es que no son más que eso. Y la verdad es que sus directores y formadores también quieren seguir en ese camino: caminar por el mundo y por la vida siempre como aprendices. Sí, esa verdad puede doler, pero como decía santa Teresa de Ávila, en la humildad está la verdad. Y nosotros creemos en ella; y confiamos que en esa verdad está la clave para dar fruto en esta maravillosa vocación y en nuestra vida. 

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