Indi Gregory, nacida hace ocho meses en el Queen’s Medical Center en Nottingham (Inglaterra), fue desconectada de los aparatos que la mantenían con vida, lo que provocó su fallecimiento. Los padres de la bebé se vieron envueltos en una batalla legal porque no estaban dispuestos a que su hija fuera desconectada.
Gregory sufría una enfermedad genética mitocondrial incurable que afectaba el desarrollo de sus órganos. Permanecía conectada a una máquina que mantenía activos su corazón y pulmones, ya que su cuerpo no podía realizar estas funciones de manera autónoma.
Los médicos del hospital decidieron que la única opción viable era la desconexión, ya que no podría vivir sin estar conectada al respirador. Creen que era en vano mantenerla durante más tiempo, pues de todos modos derivaría en el mismo desenlace.
Dean Gregory y Claire Gregory, los padres de Indi Gregory, se vieron envueltos en una disputa legal al oponerse a la desconexión de su hija, porque derivaría en su fallecimiento. Inicialmente, llevaron su caso al Tribunal Superior y luego al Tribunal de Apelaciones de Londres, aunque perdieron en ambas instancias.
Ayudas proporcionadas a Indi Gregory
Este caso ha generado controversia ante el planteamiento de si la Justicia tiene el derecho decidir sobre la vida de una persona. El papa Francisco tuvo un encuentro con los padres de Indi Gregory, donde los abrazó y también rezó por ella.
Ademas, el Gobierno de Italia otorgó la nacionalidad italiana a la bebé para que pudiera continuar recibiendo tratamientos en un hospital de Roma, pero como Indi Gregory seguía siendo ciudadana británica se tuvieron que seguir las medidas dictadas por el Tribunal Superior del Reino Unido.
Tras la muerte de Gregory, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, compartió en Twitter una imagen del bebé y destacó: “Hicimos todo lo que pudimos, todo lo posible. Desgraciadamente, no fue suficiente. Buen viaje pequeña Indi”.
Indi fue desconectada el domingo 12 de noviembre, pero no falleció hasta la madrugada del lunes, en los brazos de su madre. Después de la muerte de la bebé, el padre destacó: «Mi hija falleció; su vida llegó a su fin a la 1:45. El Servicio Nacional de Salud y los tribunales no solo le arrebataron la oportunidad de vivir, sino que también le negaron la dignidad de morir en su propio hogar. Lograron tomar el cuerpo y la dignidad de Indi, pero jamás podrán apoderarse de su alma».