El Gobierno de Francia ha prohibido el lenguaje inclusivo por «suponer un obstáculo en el aprendizaje de los alumnos». En francés, el lenguaje inclusivo consiste en incorporar un sufijo femenino en un sustantivo masculino, a través de un punto.
El ministro de Educación Nacional, Juventud y Deportes, Jean-Michel Blanquer, ha señalado que la inclusión de este tipo de lenguaje modifica el respeto de las normas de concordancia. «Constituye un obstáculo a la comprensión de la escritura, además de afectar a la lectura en voz alta y a la pronunciación, al no ser posible una transcripción oral de ese tipo de grafías», ha subrayado el ministro.
Además, en su cuenta de Twitter ha recordado las normas de feminización en actos administrativos del Ministerio de Educación Nacional, Juventud y Deporte y Prácticas Docentes. «Nuestra lengua es un precioso tesoro que tenemos la vocación de compartir con todos nuestros alumnos, en su belleza y fluidez, sin rencillas y sin instrumentalizaciones», ha añadido.
Notre langue est un trésor précieux que nous avons vocation à faire partager à tous nos élèves, dans sa beauté et sa fluidité, sans querelle et sans instrumentalisation.
Les points sur les i plutôt que le point median: https://t.co/s2vLao0x6q— Jean-Michel Blanquer (@jmblanquer) May 6, 2021
Esta norma fue publicada, el miércoles 5 de mayo, en el Boletín Oficial del Estado, donde Blanquer recalcó que los niños con ciertas discapacidades o con problemas de aprendizaje se ven especialmente perjudicados, contrariamente a lo que podría sugerir el adjetivo inclusivo.
«El aprendizaje y el dominio del francés contribuyen a luchar contra los estereotipos y garantizan la igualdad de oportunidades de todos los alumnos», matizó el ministro. En cambio, autoriza el uso de la feminización de algunos términos «dentro del respeto de las reglas gramaticales».
En Francia, hay quienes defienden el lenguaje inclusivo por considerar que el masculino no es neutro y que conlleva a una «invisibilización» de las mujeres. La Academia Francesa de la Lengua negó este tipo de lenguaje, en octubre de 2017, y, en noviembre de ese año, el primer ministro, Édouard Philippe, ordenó prohibirlo en los textos y actas oficiales. Ahora, Blanquer recuerda que en los documentos administrativos se ha vuelto a aplicar el lenguaje inclusivo, y pidió que en la educación se respeten las normas gramaticales y sintácticas.
«En un momento en que la lucha contra las discriminaciones sexistas implica combates contra la violencia conyugal, la disparidad salarial o el acoso, la escritura inclusiva, aunque parece participar de ese movimiento, no solo es contraproducente para esa causa, sino perjudicial para la práctica y la inteligibilidad de la lengua», remarcó la Academia Francesa de la Lengua.