“Hagan lío”. Con estas palabras se dirigía el papa Francisco a los católicos en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río, en 2013, animándoles a apartar la “mundanidad”, “el clericalismo” o la “comodidad” para no encerrarse en uno mismo. “Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga fuera, quiero que la Iglesia salga a la calle”, insistía.
Esta idea, poner el corazón en Cristo para llevar su Verdad a todas las personas, podría resumir el mensaje de su papado, que comenzaba el 13 de marzo de 2013. “Su gran mensaje es volver a las verdades esenciales de la fe, vivir la santidad por la vía de la normalidad, de una forma auténtica y que tenga reflejo en nuestra vida”, explica José Antonio Méndez, redactor jefe de Aleteia.
“Tratar a todos al mismo nivel, como hijos de Dios, es el rasgo más característico de su pontificado”, explica Cristina Sánchez
Además, su deseo de querer llegar a todo el mundo se ve reflejado en su forma de ser, siendo un “gran divulgador”. Trata de entender la realidad de la gente para acercar su mensaje a cualquier persona, a través de redes sociales, numerosas entrevistas o el uso de palabras y expresiones más coloquiales. Si a su predecesor, Benedicto XVI, se le define como un gran teólogo, a Francisco se podría referirse como “un padre y un pastor”. Así lo define Cristina Sánchez, directora de Alfa y Omega: “Tratar a todos al mismo nivel, como hijos de Dios, es el rasgo más característico de su pontificado”.
La misericordia se hace concreta, se vuelve cercanía, servicio, atención a las personas en dificultad. Ojalá os sintáis siempre misericordiados para ser a vuestra vez misericordiosos.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 11, 2021
Esto tiene mucho que ver con la misericordia, otro rasgo de su papado. Francisco siempre ha animado a vivir la caridad, a acoger a las personas con sus problemas y necesidades y darles cariño, comprensión y escucha. Bien lo puede atestiguar el año del Jubileo de la Misericordia que proclamó Francisco en 2016. “Misericordia: es el camino que une Dios al hombre, y abre nuestro corazón a la esperanza de ser amados por siempre”, escribió el papa aquel año. Giovanni Tridente, encargado de la información del Vaticano en la revista Omnes y profesor en la Universidad de la Santa Cruz en Roma, insiste en ello: “Lo que el papa ha hecho en estos años y quiere que hagamos es adoptar una visión de acogida al otro”.
El papa y las periferias
Todos estos aspectos característicos del papa Francisco se han manifestado en distintos temas que ha abordado a lo largo de su pontificado. Uno de ellos se advierte en sus viajes. No es casualidad que Jorge Bergoglio no haya visitado España u otros grandes países, como explica Cristina Sánchez: “A él le importa la periferia, va a los países más pobres y olvidados, de los que nadie se acuerda”. De hecho, en su primer viaje fuera de Roma visitó Lampedusa, donde estuvo con los migrantes que llegaban en pateras a la isla. Allí denunció lo que llamó la “globalización de la indiferencia”, la cultura del descarte.
Y no solo defiende esta idea con las palabras, también lo hace con hechos, como con la puesta en marcha de corredores humanitarios para la migración con vías seguras. “El papa Francisco ha puesto el acento en países en los que hay una pluralidad enorme, gigantesca y abrumadora de miseria humana y material”, comenta José Antonio Méndez.
Francisco ha dejado claro en varias ocasiones que “la Iglesia no es una ONG”, para demostrar que esta labor humanitaria tiene un sentido que va mucho más allá de lo social. “Cuando el papa va a cualquier país, va como el vicario de Cristo, cabeza de la Iglesia, que trata de transformar la sociedad para vivir en la Verdad de Dios y amando al prójimo”, declara Méndez.
Uno de los asuntos más importantes tratados por Francisco es la reforma de la Curia Romana, enmarcada en algo mayor, la eliminación del clericalismo dentro de la Iglesia. En Praedicate Evangelium, el santo padre escribió sobre esta cuestión. Con esta Constitución apostólica, el papa expresó su intención de “armonizar mejor el ejercicio del actual servicio de la Curia”.
“El papa quiere mostrar que el trabajo que hace la Iglesia, en todos los niveles, es para servir a los demás”, señala Giovanni Tridente
“El papa quiere mostrar que el trabajo que hace la Iglesia, en todos los niveles, es para servir a los demás”, enuncia Giovanni Tridente. Para ello, ha puesto en marcha numerosas medidas, como enviar a los futuros nuncios a misiones, dar puesto dentro del Vaticano a mujeres o limitar el tiempo que pueden estar en el poder los líderes de movimientos eclesiales. Cristina Sánchez explica que la reforma económica de la Santa Sede es otro aspecto del que se ha ocupado el papa, y que todas estas reformas pasan “por el dinero y el poder”.
Francisco, la confusión y las críticas
La figura del papa siempre lleva consigo las críticas, y en el caso de Francisco no es distinto. Además, él viene de una realidad diferente a la de los anteriores pontífices. Francisco es el primer papa proveniente de Sudamérica, el primer jesuita y el primero que no ha participado en el Concilio Vaticano II, aunque sí lo vivió desde fuera. Esto provoca que haya gente que haga una lectura libre y desacertada de su mensaje.
“El mayor logro de estos diez años es enfrentarse al rechazo y al cuestionamiento constante de sus decisiones”, afirma la directora de Alfa y Omega. Cristina Sánchez explica que Francisco pone “sobre la mesa cosas de las que la gente no está acostumbrada” y que eso molesta porque “saca de su comodidad” a las personas. “Él lo único que quiere es que se ponga en vida el Evangelio, y muchas cosas se estaban distanciando de esta base”.
Giovanni Tridente indica que lo destacable de las críticas no son estas como tal: “La cuestión es de dónde vienen”. Explica que cada pontificado ha tenido críticas por alguna parte de la sociedad o de la Iglesia. José Antonio Méndez declara que las críticas no son “mucho más que en otros papas”, sino que “simplemente ha cambiado el foco”. Además, Tridente destaca la renuncia de Benedicto XVI como uno de los factores de las críticas de una parte de la Iglesia: “Muchas personas no estaban preparadas, y eso ha generado una crítica injustificada”. Méndez opina que “el problema no viene tanto por el papa, sino por aquellos que están a su lado, que quieren ser más francisquistas que Francisco”.
“Francisco ha conseguido un cambio afectivo en la percepción social de la Iglesia, esa es su gran aportación a la historia de la evangelización”, declara José Antonio Méndez
Tridente comenta que muchas críticas son malinterpretaciones por su manera de ser y de tratar de llegar a todo el mundo: “Puede dar pie a que personas de responsabilidad en la Iglesia hagan una relectura del Evangelio, desde el filtro de perspectivas ideológicas, políticas, sociales o morales que no se proponen realmente por el papa”. Además, Méndez explica que en ocasiones se silencia la postura del papa en determinados temas, como en la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural: “El papa es un firmísimo opositor del aborto y la eutanasia”. Es el caso también de la ideología de género, a la que se refirió como “una movida del demonio” cuando todavía estaba en la diócesis de Argentina.
Todas esas críticas, nacidas de la confusión y tergiversación del mensaje de Francisco, caen por su propio peso cuando se observa que “la doctrina de la Iglesia no ha cambiado” y que ninguno de sus actos ha sido contrario a ella. “Francisco ha conseguido un cambio afectivo en la percepción social de la Iglesia, esa es su gran aportación a la historia de la evangelización”. Además, Cristina Sánchez asegura que las críticas poco a poco van llegando a su fin porque “todo el mundo ve que es un padre” lleno de la “ternura de la misericordia”. “El cristiano sabe que eso es el principio y el fin de nuestra religión, amar a Dios y al prójimo”, añade Sánchez.