Ha vuelto Morante de la Puebla. Después de más de 200 días sin completar una faena, el maestro sevillano ha regresado al toreo repleto de fuerza. Lo hizo, el 29 de marzo, en la plaza de Almendralejo, de la que salió a hombros, junto a Emilio de Justo y Borja Jiménez. Es la cuarta vez que vuelve tras una retirada de los ruedos, provocadas por un trastorno disociativo sin explicación y un cuadro depresivo que ha hecho mella tanto en su vida personal como en su carrera profesional.
Su enfermedad
El pasado mes de junio de 2024, Morante de la Puebla anunciaba su retirada de forma indefinida, pero «no definitiva». Su apoderado, Pedro Jorge Marques, explicó que no respondía a los antidepresivos y le fallaban las piernas, su cuerpo no tenía fuerza para torear. Tras un duro 2023, por una lesión en la mano derecha, y aunque logró cortar un rabo en Sevilla, el maestro, además, se vio obligado a acortar su temporada en 2024 por el rebote de su enfermedad psiquiátrica.
Morante de la Puebla arrastra un trastorno disociativo desde hace décadas, lo que le ha llevado a un estado débil que le obliga a retirarse varias veces y a seguir un tratamiento estricto, basado en una terapia de electroshocks que le provocan amnesia transitoria, con lo que tiene pérdidas de memoria, borrando recuerdos célebres como la faena del rabo en Sevilla. Morante, incluso, llegó a reconocer que ha pensado en la muerte como solución. Este trastorno todavía no tiene una explicación certera. Es una enfermedad muy compleja, triste y dolorosa, tal y como afirma el torero. Además, a este problema se le sumó hace un par de años un cuadro depresivo mayor que provocó el empeoramiento de su salud.
Esta fue la cuarta retirada de Morante en su carrera. La primera fue en 2004, cuando se marchó a Miami para tratarse de la depresión. Pocos años después, en 2007, volvió a parar tras matar seis toros en solitario, y aseguraba que «había perdido la ilusión». La tercera, en 2017, cuando se midió en un mano a mano con El Juli en El Puerto de Santa María, y, después, aseguró que estaba aburrido y denunció que el sistema taurino, los veterinarios y los presidentes imponen un toro tan grande que va en contra del espectáculo y el toreo como arte.
Su primera faena desde la retirada
La actuación de Morante prometía desde el primer momento. Era la primera vez en 19 años que la plaza de Almendralejo colgaba el cartel de «No hay billetes», y los aficionados recibieron al maestro sevillano con una ovación. Una ovación para la que el torero estuvo a la altura. Se enfrentó con clase a su primer toro, un jabonero de la ganadería de Juan Pedro Domecq. Con verónicas de mano alta, naturales a pies juntos y una estocada final, Morante logró las dos orejas.
Sin embargo, no corrió la misma suerte en la faena ante el cuarto toro. El bovino no respondió correctamente a los lances iniciales y, tras unos muletazos poco certeros, Morante decidió terminar cuanto antes. Una situación ante la que el público también reaccionó y, por ello, abucheó al maestro. A pesar de este contratiempo, el resto de la actuación en el ruedo se llevó a cabo sin problemas. Emilio de Justo realizó una buena faena, en la que destacó el quinto toro, al que recibió a portagayola. Borja Jiménez, quien sustituía a Manzanares, cortó una oreja y culminó la corrida ante un manso sexto toro.
«Estoy feliz de que vuelva. Es una gran figura del toreo y las grandes figuras siempre tienen que estar», declara Adrián Moreno.
Los aficionados del toreo también están felices de la vuelta de Morante de la Puebla: «Estoy feliz de que vuelva porque su salud ha mejorado, es una gran figura del toreo y las grandes figuras del toreo siempre tienen que estar», declara Adrián Moreno, aficionado taurino, a Mirada 21. A pesar de la vuelta del maestro sevillano, no cree que otorgue un gran espectáculo durante el resto de su carrera tras tantas retiradas: «Cuando torea bien, es de los mejores. El problema es que si no ve que el toro sea excelente, no se esfuerza por sacar adelante una buena faena», expresa Moreno.