Amanece un día más en Jerusalén (Israel). A las cinco de la mañana, da comienzo la primera adoración del Santo Sepulcro, acompañando la salida del sol. Horas más tarde, a las nueve, la Gran Sinagoga abre sus puertas a los fieles y a los turistas. A las diez y media, se pasan los primeros controles de acceso a la Explanada de las Mezquitas. Callejuelas repletas de gente, bazares coloridos e interminables, vendedores y compradores regatean fervientemente. El sol está ya en lo alto; la ciudad de Jerusalén rezuma su máximo esplendor.
Así es como fueron recibidos los alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) en una ciudad igual o incluso más peculiar que el país en el que se encuentra. Las relaciones internacionales y el periodismo fueron las llaves con las que los estudiantes se sumergieron en un lugar, cuanto menos, sorprendente, repleto de ambigüedades religiosas, políticas y sociales; y contenedor de muchas expectativas de aquellos que lo visitan.
El conflicto palestino-israelí fue uno de los temas más predominantes a lo largo de toda la semana, y gracias a la presencia de expertos, testigos y corresponsales, entre otros, los alumnos consiguieron entrever la profundidad –que no la raíz– de un conflicto que lleva más de 100 años en pie, y 70 años marcando la vida de los ciudadanos israelíes y palestinos. Un conflicto que, junto con las amenazas vecinas de Líbano, Siria y demás países del Medio Oriente, motoriza cualquier movimiento estratégico del país y hace a Israel ser lo que es actualmente.
De igual manera, la ciudad de Jerusalén hizo presente en los estudiantes la importancia de una fuerte memoria histórica y, sobre todo, la búsqueda incesable de identidad del pueblo judío como elemento fundamental en su historia pasada, presente y futura. Las visitas al Museo de Historia de Israel y, posteriormente, al Museo del Holocausto resultaron ser claves para que los alumnos de la UFV comprendiesen en primera persona la esencia de la gente que habita en Israel.
Como parte imprescindible de la cultura y el sentimiento israelí actuales, los jóvenes estudiantes también anduvieron por el campus de la Universidad Hebrea. Una universidad que, contando con nueve premios Nobel y manteniéndose como una de las mejores en el ranking mundial, es uno de los principales promotores del país en el desarrollo de nuevas empresas start up. Además, junto con la Universidad de Tel Aviv, ayuda a impulsar una cultura de investigación, superación y búsqueda entre los jóvenes.
De igual manera, las excursiones a Belén, Jericó y el Mar Muerto (Palestina) terminaron por embriagar a los alumnos de la visible división, aunque profunda espiritualidad, que tanto caracteriza a esos indescriptibles lugares. Y es que cuando el sol se pone, los bazares cierran, pero los olores permanecen, las personas rezan y la ciudad duerme despierta. Uno sabe que la ciudad de Jerusalén siempre excede las expectativas, y para los estudiantes de la Universidad Francisco de Vitoria no ha sido la excepción.