“Tenemos mucho que decir porque nuestra visión es importante”. Con la valentía como bandera, Silvia Gil es una de las pioneras de la Guardia Civil. Durante su carrera profesional, Gil ha conseguido múltiples logros. Además de ser licenciada en Derecho, cuenta con un máster en Estudios de Género y fue la primera mujer en superar el Curso de Especialistas de Montaña. Asimismo, consiguió impulsar el primer plan de igualdad en la Benemérita. Con un nuevo proyecto por delante, la ilusión y la incertidumbre marcan ahora la cuenta atrás para ocupar su nuevo puesto en Teruel y convertirse en la primera mujer en dirigir una comandancia en la historia de la Guardia Civil.
En un oficio repleto de hombres (aunque cada vez menos), ¿qué cree que aporta a la Guardia Civil ser la primera mujer que consigue dirigir una comandancia?
Es un reto enorme para mí, que todavía no he abordado, estoy como cuando van a llegar los reyes, muy ilusionada. Hasta marzo no empiezo. En todos los destinos en los que yo he estado dirigiendo una unidad, esta era un reflejo de cómo yo veo a la Guardia Civil. Para mí, es una institución de ayuda, al servicio de la ciudadanía. Dentro de que es un trabajo muy serio, me gusta que la gente se ría y sea feliz con lo que hace.
“Que no sea la sociedad la que te diga que aquí no eres bienvenida, sino que tú realmente puedas elegirlo”.
¿Qué le diría a una niña que quiere ser guardia civil?
Yo le diría que si le gusta, adelante. Todos los trabajos tienen sus dificultades, y, en este, es un privilegio estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado, que alguien pueda necesitar de tu ayuda y que estés ahí para ayudarla. Además, si hay tres aspectos básicos de una sociedad democrática (educación, sanidad, seguridad) en los tres tenemos que estar porque nuestra visión en materia de seguridad es fundamental, aportar cómo nosotras vivimos salir por la calle, los delitos que padecemos fundamentalmente nosotras… En todo eso tenemos mucho que decir y en lo demás también porque nuestra visión es importante.
Cuando vamos ganando espacios nos hacemos más libres todas, que cada una pueda elegir su camino, que no sea la sociedad la que te diga que aquí no eres bienvenida sino que tú realmente puedas elegirlo, porque desde el momento en el que consigamos que hombres y mujeres puedan hacer sus sueños realidad vamos a tener una sociedad mejor.
“Tenía la falsa imagen de que los problemas que había tenido yo es porque me habían tocado”.
No tiene reparo en posicionarse como feminista e impulsó el primer plan de igualdad de la Guardia Civil, ¿por qué creía que era tan necesario?
Cuando me encargaron la tarea, yo tenía la falsa imagen de que los problemas que había tenido yo es porque me habían tocado. Pero al ver la radiografía de cómo las mujeres y los hombres se desenvuelven en la institución me di cuenta de que no eran solo mis dificultades sino las de todas las mujeres. Fue una toma de conciencia muy bestia. Durante el proceso, pensé que es algo muy recurrente que se diga que las mujeres queremos que nos regalen las cosas, y es que las mujeres no necesitamos que nos regalen nada ni queremos que lo hagan, lo que queremos es que se nos valore igual. A mí, me parece que es necesario este plan de igualdad porque realmente tenemos que conseguir que el personal sea más o menos homogéneo, necesito que tengas la formación necesaria para el puesto que tienes y si tienes más, necesito promoverte en el empleo para tener una institución sólida.
¿Qué futuro le ve a la mujer en la Guardia Civil?
Cuando hicimos el aniversario de los 30 años del ingreso de la mujer en las Fuerzas Armadas, vino una sección de 30 mujeres que eran de la academia donde nos formamos, y nosotras, que al principio estuvimos tan solas, las más antiguas, nos dábamos codazos diciendo “¿estás viendo lo que yo?”. Era un paso gigante, se está haciendo realidad, las mujeres vienen y las mujeres quieren ser guardias civiles. Y se nos saltaban las lágrimas, era como pensar: «Vamos a conseguir el cambio de verdad, lo vamos a conseguir».
Las mujeres cada vez se van a atrever a más y no se van a poner trabas a ellas mismas, porque pienso que los sesgos están en hombres y mujeres. Es verdad que para ellos no cabemos en muchas cosas, pero para nosotras mismas tampoco, y tenemos que darnos cuenta de que en todos sitios cabemos.
“Les sirve para darse cuenta de que las dificultades las tienen ellos en su mente, que las mujeres no tenemos ninguna”.
Ha trabajado en Colombia, Cisjordania… ¿Cómo ve la situación de la mujer allí, comparándola con la de España?
En Cisjordania, por ejemplo, los policías se quedaron muy sorprendidos de que en España las mujeres hiciéramos de todo, porque ellos tienen mujeres en la policía, pero que hacen determinadas funciones. Y a mí me preguntaban: “¿Pero tú estabas al mando de hombres y mujeres?”. Y yo: “Claro, sí, sí”. Pero está bien porque eso también les sirve para darse cuenta de que las dificultades las tienen ellos en su mente, que las mujeres no tenemos ninguna.