La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido, en su último informe, la antivacunación como uno de los riesgos para la salud de los ciudadanos europeos. Esta decisión se debe a que han surgido movimientos en contra de esos métodos de prevención de enfermedades infecciosas debido a la desinformación y basados en informes desacreditados.
Actualmente, hay padres que se niegan a cumplir con el calendario de vacunación de sus hijos porque dicen que sufrir ciertas enfermedades, como la varicela, les hace más resistentes a otras futuras. “El calendario está establecido de tal manera que una persona pueda llegar a la edad adulta con un mínimo de vacunación que le garantice una seguridad a él y a los demás”, asegura Esperanza Fernández, enfermera. Otro de los motivos que mueven a los progenitores a la no vacunación es el hecho de que afirman que la industria médica manipula los datos de efectividad para su propio beneficio, pero “se trata de medicamentos que están estudiados desde el momento en el que empiezan a sintetizarse, incluso después del momento en que se comercializan”.
“Es más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna”, según la OMS.
Según la OMS, la inmunización sirve a la sociedad para “prevenir enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles mediante la vacunación”. La inmunización sanitaria es similar a la que se consigue de forma natural, pero sin poner en riesgo a la persona. Este hecho ha servido para evitar entre dos y tres millones de muertes anuales, pero, si se mejorara la cobertura, podrían prevenirse 1,5 millones de muertes más. Cuando hay unas tasas de vacunación elevadas, se considera que la población está muy bien vacunada e incluso las personas que por motivos médicos no lo están se encuentran protegidas por un “efecto de protección de grupo”. Algunas de las enfermedades no están tan presentes para los ciudadanos porque no hay brotes, ya que cuando al exponerse a ellas se encuentran protegidos por las vacunas. “Ese es el problema, que cuando nos encontramos con una población que durante muchos años ha estado muy bien protegida perdemos el miedo a las enfermedades infecciosas más comunes”, afirma Fernández.
Algunos grupos antivacunas defienden que la ausencia de enfermedades vacunables, no se debe a la implantación de estos medicamentos, sino a las mejoras socioeconómicas. “Las vacunas tienen un éxito tremendo y, junto con el lavado de manos y otras prácticas, es lo que más ha influido en la calidad de vida que tenemos ahora”, declara Fernández.
La OMS manifiesta que es necesario que exista esta higiene porque ayuda a la protección de los individuos. Muchas enfermedades se podrían propagar igualmente, y si han desaparecido algunas o, al menos solo se dan en casos aislados, ha sido debido a la cobertura que ha ido aumentado desde que se empezaron a implantar las vacunas hasta hoy.