Grifols presentó el pasado 27 de octubre los resultados de su ensayo clínico Ambar (Alzheimer Management By Albumin Replacement) en el Congreso Clinical Trials on Alzheimer´s Disease (CTAD) de Barcelona. La técnica empleada ralentiza en un 61% el avance del alzhéimer y consigue una mejora cognitiva y en la realización de actividades diarias en la población de pacientes de estadio moderado. Sin embargo, para aquellos que se encuentran en estadio leve, los resultados no son significativos.
El tratamiento no cura la enfermedad, pero sí frena su avance en aquellos casos de detección precoz.
«Estos hallazgos abren nuevas vías para la investigación de los trastornos neurodegenerativos en adultos y pueden ofrecer a los pacientes con alzhéimer una nueva modalidad de tratamiento», ha declarado Óscar López, director del Alzheimer’s Disease Research Center de la Universidad de Pittsburgh, en el comunicado de la empresa.
Es un tratamiento basado en las propiedades terapéuticas del plasma
Los autores del trabajo afirman que la técnica consiste en retirar las beta-amiloide, una de las proteínas que se van almacenando en el cerebro de los pacientes con alzhéimer. Este tratamiento se basa en la hipótesis de que la mayoría de estas proteínas circulan en el plasma ligado a la albúmina, una proteína bien tolerada y con múltiples propiedades terapéuticas. Para lograr la ralentización de la enfermedad, los investigadores han recurrido a la técnica de la plasmaféresis (recambio plasmático) y su sustitución con albúmina. La extracción podría desplazar las beta-amiloides del cerebro hacia el plasma, limitando el impacto de esta enfermedad.
Resultados positivos tras más de una década de estudio
La investigación de la empresa Grifols sobre el alzhéimer comenzó con un estudio clínico destinado a probar la tesis de un artículo científico que postulaba la hipótesis del uso de la albúmina. Este estudio inicial abrió la puerta a uno mayor sobre 42 pacientes en EE.UU. y España. Ambar fue el producto de las investigaciones. Se trata de un ensayo clínico internacional diseñado por Grifols, en colaboración con la Fundació ACE de Barcelona y el Alzheimer Disease Research Center de Pittsburgh (EE.UU.).
Tras los resultados positivos, la compañía sigue trabajando con los datos médicos para aportar todos los efectos del tratamiento. Los expertos de la entidad catalana destacan que el estudio aún no ha finalizado.