La película El Mayor Regalo se estrena el 9 de noviembre en los cines de España. Su director, Juan Manuel Cotelo, es el director de la Fundación Infinito+1, una productora que explica el amor que Dios tiene a la humanidad a través del trabajo y difusión de formatos audiovisuales. Este documental tiene como objetivo dar a conocer el perdón, ya que “nunca es demasiado tarde, ni demasiado pronto para perdonar”, según este cineasta madrileño.
¿Por qué ha elegido el perdón como tema fundamental?
Porque, como bien afirmas, es fundamental que todos pidamos perdón y perdonemos, si queremos vivir en paz. Sin el ejercicio constante del perdón, nos vamos cargando de pequeños y grandes rencores, que nos pesan, nos frenan y pueden llegar a hundirnos. La experiencia de los propios errores o del daño que otras personas nos han hecho puede ser letal para el espíritu de cualquiera. El perdón pone fin a esa tortura, liberándonos de nuevo. En una sociedad saturada de maestros del odio, es urgente promover el perdón, que es lo mismo que promover el amor incondicional.
¿Qué ha sido lo más complicado de todo el trabajo?
La verdad es que producir El mayor regalo ha sido tan precioso, tan gratificante, tan positivo, tan esperanzador, tan maravilloso… que si hablara sobre las dificultades propias del trabajo, sería injusto. Todos los trabajos, sin excepción, conllevan dificultades, ¿o no? Pero cualquier dificultad pierde protagonismo cuando amas tu trabajo, como es mi caso.
“Queremos transmitir la buena noticia que trae Jesucristo al mundo, de un modo claro, no escondido”, comenta el director de la película.
En muy poco tiempo, han conseguido el primer objetivo del crowdfounding, ¿Esperaban esta reacción?
Infinito+1 nació hace 10 años y siempre hemos experimentado el cariño de un número creciente de personas por todo el mundo. El apoyo empieza cuando una persona va al cine, cuando compra un DVD, cuando comparte con sus amigos lo que ha vivido gracias a nuestras películas y con tantas palabras de ánimo. Todo es gracias a la suma de personas en un proceso en el que las aportaciones son importantes, aunque parezcan pequeñas. Con el crowdfunding se sumaron muchas personas, desde 35 países, aportando distintas cantidades, logrando entre todos que el mayor regalo sea hoy una realidad. Seguiremos confiando en las personas que aman y sostienen nuestra misión, compartiendo los proyectos y celebrando las conquistas, como si fuera la primera.
La mayoría de películas que han hecho cuentan historias reales, ¿Qué le ha llevado a elegir testimonios, en vez de alguna historia imaginada?
Porque, como suele decirse, «la realidad supera la ficción». Realmente, es así. La vida real es infinitamente más rica y seductora que la mejor de las ficciones. A mí me encanta la ficción y me divierte mucho más rodar escenas de ficción que de documental. Pero la fuerza de un testimonio auténtico, original… es inalcanzable por ningún guionista o por ningún actor o actriz. Tenemos varios proyectos de ficción, pero están basados en historias reales muy atractivas. La ficción ayuda a enmarcar el contenido, pero cuando el contenido es potente, no necesita de ningún marco especial para tener impacto en cualquiera de nosotros.
“Cristo no es un valor ético, es la medicina más potente que existe para el corazón humano”, afirma Cotelo.
Si alguien va al cine, las películas son de terror, novelas románticas o documentales. Parece que lo que se sale de esa rama no es rentable. Sin embargo, sus películas se centran en el cine de valores…
La rentabilidad que cada productor busca es diferente en cada caso. Seguramente, haya productores que busquen solamente una rentabilidad económica, una opción perfectamente válida. Sin embargo, diría que la mayoría de los productores aspiran a transmitir su visión del mundo y lanzar un mensaje positivo a la sociedad. En nuestro caso, no nos conformamos con transmitir eso. Nosotros predicamos la Encarnación de Dios mismo como remedio para acabar con todo lo que daña al ser humano, a cada persona en particular. Nuestras películas invitan a establecer una relación con la medicina encarnada en Jesucristo. Todos los demás «valores», siendo estupendos, me dejan con hambre de más.
¿Cree que hay lugar para Dios en el cine?
Déjame que te responda cambiando la pregunta: ¿hay algún lugar en todo el universo, en el que no esté Dios? El mundo es de Dios, al 100%. Somos habitantes de su mundo, no lo es él del nuestro. Donde haya un solo corazón humano… ahí está Dios, dentro. Es imposible sacar a Dios del corazón humano. No podemos sacarle… ni crucificándole, ni traicionándole, ni vendiéndole, ni ignorándole. Cualquier intento de sacar a Dios de la vida humana es agotador y frustrante. Antes o después, el amor incondicional de Dios volverá a llamar a la puerta: «¡Eh, que estoy aquí, no me eches fuera, porque no lo vas a conseguir! Ríndete… déjame que te sirva… déjame que te ame… y descansa de una vez en mi amor». En el cine hay lugar para Dios, tanto como en cualquier actividad humana.