La UEFA Nations League culminó su segunda edición el pasado domingo 10 de octubre. En la final del torneo, Francia se proclamó campeona, al imponerse a España por dos goles a uno. La selección francesa hereda el título de Portugal y consigue un premio de 10,5 millones de euros; España, de nueve millones de euros; Italia (tercera clasificada), de ocho millones; y Bélgica (cuarta clasificada), de siete millones.
Un torneo relativamente nuevo
El origen de este torneo se remonta a 2018. La UEFA decidió crear esta competición europea para reducir el número de amistosos internacionales sin competición alguna, y, de alguna forma, sacar beneficio económico de ello.
En la primera edición, la competición estaba formada por cuatro divisiones que se clasificaban según su coeficiente FIFA: los que mayor coeficiente tenían competían en la Liga A, y los de menos, en la Liga D.
Originalmente, en la fase de grupos se enfrentan todos los equipos de sus respectivas ligas en partidos de ida y vuelta. Los ganadores de la primera liga pasan a una eliminatoria en la que se enfrentan entre ellos para determinar un campeón, mientras que los campeones de las demás ligas suben puestos o ascienden a ligas superiores. Su posición final en sus ligas determina los bombos para los sorteos de los partidos clasificatorios para el Mundial.
Esta segunda edición del torneo ha sufrido algunos cambios. Las tres primeras ligas han pasado a estar formadas por 16 equipos, mientras que la última división ha visto reducido su número de participantes a siete selecciones. Esta vez, la clasificación de las selecciones se ha creado según su posición en la anterior edición. Los ganadores de los cuatro primeros grupos de la Liga A (Francia, Bélgica, Italia y España) han protagonizado la final a cuatro del torneo, en la que Francia ha salido victoriosa.
Posible sobrecarga de partidos
La creación de un nuevo torneo internacional fomenta el atractivo para los espectadores, pero la acumulación de partidos y la exigencia física puede sobrecargara los jugadores. Thibaut Courtois, portero de la selección belga, atendió a los medios de comunicación después de disputar, contra Italia, el partido por el tercer y cuarto. “No somos robots, son más y más partidos y menos descanso y nadie se preocupa por los futbolistas”, señaló a Sky Sports. “Te puede molestar que otros equipos quieran una Superliga, pero los jugadores no les importan. Ellos solo se preocupan por sus bolsillos, por el dinero”, añadió Courtois, al referirse a la organización del campeonato.