La vacuna contra la covid-19 se comenzó a administrar en España el 27 de diciembre de 2020. La primera persona en recibirla fue una nonagenaria granadina llamada Araceli Rosario Hidalgo, a quien se le inyectó la primera dosis en la residencia para ancianos Los Olmos, en Guadalajara.
Desde entonces, prácticamente, un millón y medio de españoles han sido vacunados. Si bien el protocolo establece que en la primera etapa solo pueden recibir la vacuna personas dependientes y personal sanitario y sociosanitario, se han registrado casos de individuos que han conseguido ser vacunados, a pesar de no pertenecer a esos grupos establecidos.
Los casos más notorios son los del exconsejero de Sanidad de Ceuta Javier Guerrero, y su homólogo en Murcia Manuel Villegas (ambos pertenecían al Partido Popular).
Pese a que ninguno de los dos quería dimitir, abandonaron sus puestos a finales del mes pasado, merced a las presiones que recibieron. La esposa de Villegas y alcaldes como el de Rafelbunyol (Valencia), el de Torrecampo (Córdoba), el de Els Poblet (Alicante) y el de Riudoms (Tarragona) también se saltaron el protocolo.
Además, algunos políticos recibieron la vacuna en secreto, mientras que otros no se ocultaron. El socialista Kilian Sánchez, director del Área de Salud de La Palma, incluso llegó a subir, el 10 de enero, a su cuenta de Facebook una fotografía en la que se veía cómo una mujer le administraba la vacuna de Pfizer.
Al obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, no solo se le ha inyectado la primera dosis de la vacuna de Pfizer, sino también la segunda. El obispo de la localidad alicantina de Orihuela, Jesús Murgui, también fue vacunado el 8 de enero. En ambos casos, no pertenecen a ninguno de los grupos poblacionales de la primera etapa del plan de vacunación, pero su convivencia con ancianos de riesgo podría haber acelerado el proceso.