La entrada en el 2018 parece haber hecho recapacitar a Kim Jong-un. El presidente norcoreano vuelve a ser noticia y, por segunda vez consecutiva en lo que va de año, no es por algo malo. El pasado 5 de enero, el portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación, Baik Tae-hyun, confirmó en una rueda de prensa que el dictador había aceptado tener una entrevista con su homólogo, Moon Jae-in, dos años después de que cortaran la comunicación. Dicha reunión habría sido programada para el 9 de enero.
Los lideres coreanos se juntaron el pasado martes para valorar la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán el próximo 9 de febrero en Pyeongchang. Tras dos horas de conversación, la reunión obtuvo como resultado el «sí» norcoreano a formar parte de la competición y la reapertura de una línea telefónica militar de urgencia entre los países vecinos este miércoles «para resolver las tensiones actuales», según anunciaba el comunicado conjunto que se ha publicado de la cita.
Pyongyang ha garantizado que oficiales de alto rango, animadoras, artistas, atletas, espectadores y un equipo de demostración de taekwondo asistirán a los juegos como delegación del país asiático, aunque los patinadores artísticos Ryom Tae-ok y Kim Ju-ik, habrían sido los únicos deportistas nacionales clasificados.
Corea del Sur propuso además un desfile conjunto de inauguración y otro de clausura de la competición deportiva, aunque, por el momento el representante del Norte se ha negado a participar en él.
Mejora en Relaciones Internacionales
La participación norcoreana en los juegos, la reapertura de la linea de comunicación militar y la aparente predisposición de Kim Jong-un para dialogar con el país surcoreano, según manifestó en su mensaje de año nuevo, han supuesto un gran cambio en Corea del Norte y un avance las tensiones internacionales que el país norcoreano se había labrado hasta el momento. Sobre todo después de un 2017 marcado por el desafío militar continuo con EE.UU. y cuyos avances suscitaban el terror ciudadano, por el desarrollo nuclear norcoreano y sus ensayos militares, cada vez que salía en los periódicos.