El periodista de guerra Antonio Pampliega visitó la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) para dar a conocer a los alumnos su experiencia en territorios como Siria, Irak o Afganistán y, sobre todo, su secuestro por la banda terrorista Al Qaeda durante 299 días. En su libro llamado En la oscuridad, cuenta cómo fueron esos 10 meses. El encuentro estuvo moderado por el profesor y periodista del centro Gabriel Sánchez.
Antonio Pampliega se mostró crítico durante gran parte del acto. Empezó con una breve definición de lo que es un periodista freelance, que no es nada más que ser un trabajador autónomo. «Me pago mis viajes, traductor y seguridad, si es que la hay», explicó Pampliega. Además, dejó clara su postura acerca del trato que recibe la prensa nacional: «En España se maltrata al periodista». Pampliega ha estado durante más de 10 años en guerras y asegura que «siguen sin reconocer tu trabajo».
En la conferencia, el ponente intercaló su testimonio con imágenes y vídeos que mostraban lo que para él es la guerra. Personas al borde de la muerte, gritos de desolación, piernas y brazos amputados. «El periodista se convierte en noticia cuando te secuestran o te matan», sentenció Pampliega. No obstante, en plena tensión sobre el caso Khashoggi, frivolizó al calificarlo como «aquel al que le han hecho kebab».
«Los periodistas de guerra somos yonkis», declara Antonio Pampliega.
«Los periodistas de guerra somos yonquis», así definió Antonio Pampliega a sus compañeros de gremio. Este tipo de periodistas siempre tienen la necesidad de ir a más zonas de conflicto. «Si nosotros no vamos, vosotros no sabéis lo que está pasando», afirma Pampliega, quien añade si no fuese gracias a su labor, «el mundo sería más opaco». Además, consideró que «el periodista gráfico es el que más se la juega», ya que para Pampliega, un periodista que solo escribe puede estar en la habitación de su hotel viendo la BBC mientras toma un vaso de whisky.
«Un periodista es imprescindible en la guerra», declara Pampliega. Durante el acto analizó los diferentes tipos de prensa. «Ni de coña (sic)», contestó al ser preguntado por si cambiaría su actual demarcación laboral con trabajar en una redacción. «En las redacciones apenas se viaja y se habla», añadió Pampliega. Además, comentó su postura a favor de pagar por la prensa: «hay que intentar pedir más calidad a nuestros medios de comunicación y que dejen de buscar el clic fácil».
Secuestro y liberación
Antonio Pampliega estuvo 299 días secuestrado, de estos, 204 los pasó solo. «Pensaba que estaba entre lo humano y lo divino», reconoció el protagonista. Pampliega contó esta experiencia de forma breve. Una de las causas del secuestro fue porque el traductor que contrató, le vendió. Aunque también afirma que se pasó de listo y que por eso le secuestraron.
Tras 10 meses, el 7 de mayo de 2016, Pampliega fue liberado. «Entraron en mi habitación, con el rostro tapado y me sacaron de la habitación», contó el periodista. Le taparon la cara y fue llevado a un descampado, lo primero que vio fue a sus otros dos compañeros, a los que no veía desde hace meses. Se le pasaron diferentes ideas por la cabeza, ser ejecutado, decapitado… Pero sorprendentemente los dejaron marchar. En la frontera se encontraban soldados turcos, que los recibieron.
Antonio Pampliega estuvo ingresado tres días en el Hospital de La Princesa, en Madrid. Tras recibir el alta fue al cine a ver la nueva película de Star Wars y a comerse una hamburguesa. Meses después, su madre le animó a escribir un libro que contara su historia, no como periodista, sino como ser humano, al que tituló: En la oscuridad.