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La ludopatía afecta a futbolistas profesionales italianos

- 7 de noviembre de 2023

La ludopatía se entiende como el afán progresivo e incontrolado de apostar dinero. Esta adicción también afecta a futbolistas profesionales, que suelen cobrar grandes cantidades de dinero, pero no siempre las gestionan bien. Ese es el problema de ejemplos como los recientes Tonali, Zaniolo o Fagioli.

Estos tres futbolistas han estado involucrados en citaciones con la Fiscalía en Italia, sin embargo, sus condenas son distintas. Sandro Tonali ha sido inhabilitado 10 meses de las actividades deportivas con el Newcastle United, ha recibido una sanción de 12.000 euros y, en cinco meses, tiene que presentarse, como mínimo, a 10 conferencias de concienciación sobre los riesgos de las apuestas.

Nicolò Fagioli tendrá que lidiar con una condena menor, siete meses, por lo que podría jugar su último partido de liga ante el Monza, pero tiene que hacer terapias neurológicas, así como la sanción y conferencias de concienciación de Tonali.

Ambos deportistas admitieron haber apostado, por lo que las sanciones han sido menores. Los clubes involucrados ya se han puesto en búsqueda de sustitutos, pensando en el mercado de transferibles invernal.

El futbolista del Aston Villa Nicolò Zaniolo, en comparación a los demás, niega haber apostado y su club le respalda. No solo con una titularidad en el partido de la novena jornada ante el West Ham, sino también con declaraciones de su director deportivo. Monchi aclaraba que «tendrán su palabra en consideración, hasta que se demuestre lo contrario».

A pesar de que estos jugadores hayan incurrido en conductas muy similares, el factor a tener en cuenta es que algunos futbolistas implicados, como Fagioli o Tonali, han admitido que tienen una enfermedad asociada al problema, y piden ayuda para solucionarlo.

Sandro Tonali, jugador del Newcastle United, reconoció a través de su representante, Giuseppe Riso, que «estaba jugando contra una enfermedad», la ludopatía. Esto es un ejemplo para todos los jóvenes que se encuentran en su situación, y de hecho, puede salvarles la vida.

«Su experiencia salvará la vida de otros jóvenes», añadió Giuseppe Riso.

En el minuto 69 del partido de Premier League, correspondiente a la novena jornada, entre el Newcastle United y el Crystal Palace, Tonali salió a calentar. El futbolista de las urracas se encontraba en el banquillo, y esperando una posible sanción por incumplir las normas de apuestas, fue recibido por todo el estadio con un aplauso unánime.

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Nicolò Fagioli, futbolista de 22 años que juega en la Juventus de Turín, empezó a apostar en Tirrenia, durante la concentración de la selección sub-21 italiana. Al principio, resultaba divertido para él, pero se acabó encontrando en un estado de estrés por las deudas.

Cuando estaba en la Cremonese, en 2022, su madre le aconsejó que fuera a rehabilitación, y acudió varias veces. Jugaba compulsivamente a cualquier evento deportivo que veía. Le comentaron la posibilidad de forzar tarjetas, pero según dice, iba «en contra de su ética».

Admitió que «le amenazaron con romperle las piernas». Esto supuso para él un nuevo escenario del que desconocía cómo salir. Fagioli tuvo que exponer ante el fiscal general, Giuseppe Chiné, varios de sus pensamientos mientras lo sufría.

«Las lágrimas contra el Sassuolo no fueron por el error, sino por mis deudas de apuestas», declaró Fagioli.

Este escándalo extradeportivo no es el único en la Premier League. La competición inglesa acumula nombres como el de Ivan Toney. El delantero del Brentford, de 27 años, fue suspendido de toda actividad relacionada con el fútbol durante ocho meses, que a día de hoy siguen vigentes, además de una sanción de 57.000 euros por incumplir las normas de apuestas.

Otro ejemplo es el de Kieran Trippier, quien en el verano de 2019, mientras jugaba para el Atlético de Madrid, se quedó hasta 10 semanas sin poder realizar ninguna actividad futbolística profesional, a pesar de que negase todos los hechos. Se perdió 13 partidos con su club y pagó una sanción de más de 77.000 euros.

El control en las academias

Desde la iniciación futbolística a partir de clubes de formación, la educación corre a cargo de los especialistas que estén mano a mano con las jóvenes promesas.

LaLiga, a través de su departamento de Integridad, ofrece dos talleres al año obligatorios para todos los equipos del fútbol profesional, e incluso a sus filiales y equipos juveniles. Estas charlas incluyen una guía de buenas prácticas que se aplica durante la temporada.

Los talleres consisten en explicar a los futbolistas de los clubes españoles lo que pueden y no hacer. Por ejemplo, no pueden apostar en las competiciones en las que participan, aunque ya hayan sido eliminados. Lo prohíbe en el artículo 6 la Ley del Juego. Tampoco recomiendan que apuesten sus familiares.

José Antonio Tamayo, psicólogo sanitario de Activa Psicología (Madrid), aclara que, para un club, es difícil ponerse en el lugar de un futbolista con ingresos astronómicos, y conocer las influencias que reciben, para decidir qué hacer con su patrimonio. A su vez, comenta que ve coherente que «actúen con lo establecido por la Ley del Juego 13/2011 y por la reglamentación de la RFEF».

Tamayo ve conveniente que el asesoramiento financiero provenga de profesionales cualificados, como ocurre con fisioterapeutas y nutricionistas para el cuidado de la salud y la alimentación; cree que la gestión del patrimonio debería recaer en profesionales. La familia podría ser una opción, pero para él, aún con la mejor intención y bien formados, no pueden llegar a ser neutrales.

«La familia del deportista es fundamental, pero dudo que puedan ofrecer una orientación imparcial», explica Tamayo.

Rodrigo Abajas, jugador del Rayo Majadahonda, opina que el club no se ve involucrado en la gestión de sus ingresos, siempre y cuando se utilicen de manera correcta y legal. Asimismo, le parece correcto que el club tome medidas, debido a todo lo que puede conllevar. Para Rodrigo el mundo de las apuestas y el juego «es un mundo en el que, a la larga, resta más que beneficia, y trae bastantes problemas».

Además de que espera que se mejoren lo antes posible, Abajas cree que la decisión de que Tonali y Fagioli admitan que padecen ludopatía es una gran oportunidad; debido a la repercusión que tienen y todas las ayudas que se les van a brindar.

Las apuestas deportivas en España

Según el Ministerio de Consumo, el registro de autoprohibidos, las personas que piden voluntariamente no ser aceptados en casas de apuestas on line, aumentó un 13,64% en 2021.

Más de 6.000 personas pidieron en 2020 su exclusión del juego on line en España. Una de las medidas de protección ante este tipo de adicciones es la inscripción en el registro de autoprohibidos. Esto les impide el acceso a la actividad en páginas de apuestas e incluso a casinos.

Según una encuesta realizada por EuroNet MRPH en 2006, el 95% de los españoles declara conocer la existencia de alguna modalidad de apuestas deportivas, y más del 53%, reconoce haber participado en alguna ocasión en pronósticos deportivos.

En relación con las cantidades apostadas en España, han ido incrementándose, y en 2019 fueron 13.186,11 millones de euros más que la cantidad apostada en 2013, como destaca Cecilia González Alcalá en Evolución de las casas de apuestas y casinos en España

El trato de la enfermedad

La ludopatía es una enfermedad compleja, que conlleva tiempo de tratamiento, y sobre todo que la persona implicada lo reconozca, explica Javier Ayuso, responsable del Área de Psicología del Deporte en la Real Federación Española de Esgrima, y gestor de Mentes Deportivas, consultoría de psicología y coaching aplicados al deporte.

Ayuso considera que estos casos tienen un riesgo muy alto, sobre todo, en las personas que son deportistas profesionales y que lo han conseguido todo:

«Son personas que lo tienen prácticamente todo y que necesitan estímulos cada vez más fuertes para tener placer a corto plazo», recalca Ayuso.

Javier Ayuso destaca que estos juegos generan dopamina y pueden derivar en adicciones de varios tipos. Cada uno tiene mecanismos y dinámicas que favorecen la búsqueda de estos estímulos día a día, el problema es que estos jugadores no viven el día a día cotidiano, ya han experimentado todos los beneficios que tiene ser una persona importante, y esto les genera un vacío interno mayor.

Además, para Ayuso, el propio jugador puede «tener características genéticas predispuestas a realizar estos comportamientos».

Para mejorar después de estas situaciones, lo principal es que el jugador lo admita y sea consciente de que tiene una adicción. Puede suponer un problema para su entorno, y ahí es cuando toma el paso para empezar a acudir a terapias cognitivo-conductuales.

A Javier Ayuso le preocupan las localizaciones de las casas de apuestas, ya que considera que acuden al «dinero fácil». Además, cree que se debe actuar de forma preventiva para mejorar la normativa que lo regule.

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