Yu Kongjian, uno de los diseñadores urbanos más reconocidos de China, ha propuesto una alternativa a la manera convencional de gestionar las lluvias intensas e inundaciones que afectan a varios países, sucesos que numerosos expertos relacionan con el cambio climático.
Yu Kongjian, frente a la construcción de tuberías y desagües o el refuerzo de las orillas de los ríos, ha decidido implantar un sistema que, en lugar de expulsar el agua de las ciudades, la absorbe. “Esos canales rígidos no pueden absorber el exceso de agua. En cambio, se desbordan de manera incontrolada y aceleran la velocidad con la que se desplaza la corriente, que se vuelve peligrosa. Es como el sistema de las venas del cuerpo: han de ser flexibles para transportar mejor el líquido que contienen”, apunta Yu.
Yu Kongjian se ha centrado en tres áreas clave para potenciar su proyecto: la fuente, el flujo y el fregadero, que se resumen en el almacenamiento del agua en estanques con una situación estratégica, la canalización del agua en corrientes de recorrido curvo —para su ralentización—, y la desembocadura de estas.
Las acciones concretas que quiere implementar se fundamentan en la protección de los ecosistemas urbanos naturales que permiten canalizar el agua, en la restauración ecológica —para recuperar, en la medida de lo posible, todos los medios naturales destruidos en la construcción de ciudades— y en la implementación de medidas legislativas para cerciorarse de que las próximas construcciones no afectarán a los sistemas de retención del país.
Uno de los beneficios de este sistema es la creación de espacios verdes, hábitats naturales y parques, al igual que la purificación del agua de lluvia mediante factorías que expelen las toxinas y contaminantes que contenga.
La idea principal de las ciudades esponja se basa en no “luchar” contra el agua y convertir las inundaciones en algo que se acepta en vez de “temer”. Además, destacan por el uso de procesos naturales para abordar la problemática que causan las lluvias torrenciales. En China, cada año, más de tres millones de personas son víctimas de las inundaciones. Pekín es uno de los ejemplos. En los últimos años, ha sufrido varias riadas graves, todas ellas en localizaciones que habían sido recientemente construidas.
Las principales características de las ciudades que sufren este tipo de fenómenos son que su infraestructura ha sido recientemente renovada o no contaba con espacio para almacenar el agua y habían eliminado los sistemas naturales de drenaje como ríos o lagos.
Según el Ministerio de Vivienda chino, las ciudades esponja ya son una realidad en varias localidades de China. El objetivo del Gobierno chino, para el año 2030, consiste en que los municipios con población superior a un millón absorban el 80% de la lluvia y reutilicen el 70% del agua.
Yu Kongjian defiende que varios países podrían sacar provecho a su proyecto por su propensión a las inundaciones y lluvias intensas, como Bangladesh, Malasia e Indonesia. Asimismo, países como Singapur, Rusia y EEUU han optado por alternativas similares.
Yu aboga también por que el modelo es más económico que las soluciones convencionales, ya que, según él, solo costaría “una cuarta parte”, si se hace correctamente, de lo que cuestan las alternativas. “Muchos de los proyectos de Turenscape hoy en día tienen como objetivo reparar infraestructura antiinundaciones que costó millones, y este dinero podría haberse ahorrado si los funcionarios hubieran seguido los principios de la ciudad esponja en primer lugar”, expresa el diseñador urbano.