Los taxistas madrileños denuncian la falta de seguridad en su servicio

- ESPAÑA - 29 de octubre de 2024
Taxis esperando a recibir clientes

Un menor de 16 años asesinó a un taxista, el martes 15 de octubre, en la localidad de Alcalá de Henares, Madrid. Isidro, el taxista de 62 años, recibió cinco puñaladas al finalizar un trayecto de 97 minutos. Una cámara instalada en el interior del taxi grabó la secuencia completa y facilitó la búsqueda del agresor. Al día siguiente, la Policía Nacional detuvo al menor, delatado por su propia madre.

El jueves 17, a las 13:00 h, centenares de taxistas se reunieron en la plaza de Cervantes (Alcalá de Henares) portando un crespón en sus coches en memoria de Isidro. Taxistas, trabajadores del mundo del transporte, amigos y vecinos realizaron cinco minutos de silencio y finalizaron con un aplauso.

Santiago Simón, secretario de la Federación del Taxi de Madrid, lamentó el asesinato de Isidro. Simón recordó que ya ocurrió un caso similar hace cinco años en la misma localidad. Además, denunció la falta de medidas de seguridad en los taxis y destacó la importancia de las mamparas de seguridad, que actualmente están prohibidas debido a la incompatibilidad con los airbags laterales. En una entrevista realizada por Telemadrid, Simón propuso: “Se podría permitir a los taxis desinstalar estos airbags para poder poner las mamparas de seguridad porque, a día de hoy, la normativa de seguridad de los airbags no permite su desactivación excepto en los vehículos policiales y de emergencia».

Aumento de la inseguridad

A raíz del asesinato de Isidro, numerosos trabajadores del gremio sienten miedo al estar tan expuestos en su trabajo a situaciones indeseables. Carlos Marina, taxista en la Comunidad de Madrid, declaró a Mirada 21 cómo sintió peligro en uno de sus servicios: «Una vez, mientras conducía en una zona poco iluminada, un pasajero empezó a comportarse de manera extraña. Al principio, parecía un cliente normal, pero a medida que avanzaba el viaje, comenzó a hacer comentarios amenazantes. Me sentí incómodo, ya que estaba solo en el vehículo y no había muchas personas a mi alrededor».

Los taxistas, en la mayoría de los casos, tienen prohibido escoger al cliente al que van a realizarles un servicio, y eso puede suponer que transporten a personas que podrían suponer un peligro. El estado de embriaguez, las condiciones higiénicas o los destinos inseguros son algunas de las causas por las que un taxista puede negarse a prestar un servicio. Lo que no puede averiguar un taxista es lo que pasa por dentro de la cabeza de un cliente.

Las cifras no son alentadoras. En lo que va del año, se han denunciado más de 500 casos de asaltos a taxistas, y muchos de ellos con violencia. Estos incidentes no solo ocurren en zonas de alto riesgo, sino también en áreas consideradas seguras. Los delincuentes aprovechan la soledad de las noches o las zonas apartadas para delinquir, lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad entre los trabajadores.

Los conductores piden también que se regule más estrictamente el uso de aplicaciones de transporte. Estas plataformas no siempre garantizan la identificación adecuada de los pasajeros, lo que facilita la acción de los delincuentes.

Mamparas de seguridad en los taxis

Cada vez son más los taxistas que reclaman la implantación de mamparas de seguridad en el interior de los taxis. Este hecho ayudaría a los taxistas a realizar su trabajo de manera más segura, como explicó Carlos Marina: «Tener una barrera física entre el pasajero y yo podría ayudar a disuadir a alguien que tenga malas intenciones. Además, al estar separados, podría sentirme más tranquilo y concentrarme en manejar, sin tener que preocuparme tanto por lo que pueda hacer el pasajero».

Mamparas de seguridad en otros vehículos

En el mundo del transporte de personas, existen otros vehículos en los que el conductor realiza su trabajo de manera más protegida, como el caso de los autobuses. En el año 2019, se hizo oficial la creación de 70 nuevos autobuses de la EMT con mamparas de seguridad. Esta medida garantizó la protección frente a los viajeros que tengan una conducta agresiva. La implementación de esta barrera respondió a la demanda de los conductores para garantizar su seguridad y reducir las distracciones al volante. El comité de empresa realizó una encuesta a los trabajadores para implantar las mamparas, y la mayoría se posicionó a favor. Esta medida supuso el inicio de la protección tanto de los conductores como de las cajas registradoras.

 

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