Llenar el frigorífico es más caro. El motivo es la subida del IVA a los alimentos básicos y de primera necesidad decretada por el Gobierno, desde el martes 1 de octubre. De esta forma, se pone fin a una medida que puso en marcha el Ejecutivo español en enero de 2023 con el objetivo de rebajar los precios por la guerra de Ucrania, y que había sido prorrogada varias veces. La última, el pasado mes de junio tras el repunte de la inflación.
Entre los alimentos a los que se les sube el IVA hay dos categorías: la de los productos a los que se les aumenta el impuesto del 0 al 2%, y la de los que pasa del 5 al 7,5%. El primer grupo de alimentos básicos está integrado por pan, harina, leche, queso, frutas, verduras, cereales, tubérculos, legumbres, hortalizas y aceite de oliva. En el segundo, pastas y aceites de semillas.
Además, la subida será progresiva. Durante tres meses se mantendrá el IVA al 2% en la primera categoría, y al 7,5% en la segunda. Después de este periodo, el impuesto volverá a aumentar hasta el 4% y 10%, respectivamente. Estas decisiones enmarcadas en un real decreto ley para limitar el impacto de la crisis económica en los hogares.
Los consumidores, los principales afectados
Mirada 21 se ha desplazado a un supermercado para conocer la opinión de algunos consumidores sobre la subida de los precios de los alimentos. «De vergüenza», señalaba una mujer de mediana edad. Todos los entrevistados coincidían en la notoriedad de la subida: «Me parece fatal, pero es consecuencia de la crisis que está atravesando España ahora mismo», aseguraba otra clienta.
«De vergüenza», se queja una clienta.
«La subida, para la gente que no tenga tanta facilidad para comprar los alimentos, está muy mal», afirmaba una joven. La principal problemática del aumento del IVA de los productos es el difícil acceso que tendrán a estos las familias con un bajo poder adquisitivo, por lo que tendrán que optar por no comprarlos o por opciones más baratas y de menor calidad.
«Le va a afectar a mi familia, intentaré recurrir a marcas blancas y buscaré los productos más baratos», explicaba otra consumidora. La marca blanca aparece como la elección favorita entre los compradores.
Los hábitos alimenticios
El factor socioeconómico es importante en las dietas y la salud de las personas. En especial, cuando aumentan los precios de los alimentos. La doctora Elena García-Ochoa ha explicado a Mirada 21 cómo afecta esto a la población, independientemente del rango de edad: «La obesidad, tanto en niños como en adultos, es mayor en grupos de menor nivel socioeconómico». Aunque, para ella, a este factor se le suman otros de igual o mayor importancia como la cultura o la educación de las familias: «Cuanto mayor sea la cultura de los padres, mejor será su conocimiento sobre, por ejemplo, los riesgos de la obesidad», asegura la doctora García-Ochoa.
«Es un poco simplista reducirlo solo al coste del producto, pero es un factor determinante», declara la especialista. La subida de los costes se ha notado, sobre todo, en las zonas de un menor nivel económico, donde las personas no pueden acceder a artículos como la fruta o el pescado por su alto precio: «Cuando recomiendo a los padres algunos productos para llevar una alimentación sana, muchos me dicen que no se lo pueden permitir», explica Elena García-Ochoa.
«Muchos padres no se pueden permitir los productos para llevar una alimentación sana», explica la doctora Elena García-Ochoa a Mirada 21.
Además, uno de los planes estrella en el ocio, como es salir a comer o cenar fuera de casa, también se ve afectado por el aumento de los precios: «A la hora de salir, muchas personas optan por sitios de comida rápida que tienen numerosas promociones u ofertas y donde la calidad es menor, frente a restaurantes con una comida mejor y más sana. Se produce simplemente por una cuestión económica, y es que no se lo pueden permitir», aclara la doctora García-Ochoa.