Mirada 21 realizó, el pasado 20 de septiembre, las pruebas para seleccionar a los colaboradores de este curso. Los nervios, el agobio y la desconfianza estaban presentes en los candidatos. Las personas suelen sentir inseguridad frente a las entrevistas de trabajo porque salen de su zona de confort. Lo más recomendado por profesionales es prepararse previamente. De esta manera, los nervios se aplacarán y las posibilidades de éxito son mayores. Anna Emilia Pérez Agilda pertenece al departamento de Recursos Humanos de MAAR construcciones, y ha explicado consejos a Mirada 21 sobre cómo abordar las entrevistas.
Antes de trabajar para una empresa, lo más común es realizar una entrevista personal. Por ello, es conveniente realizar un diálogo interno en el que la persona se autovalore y muestre sus habilidades, principios y competencias, entre las que hay dos tipos: duras y blandas. Las duras son las más tradicionales, aquellas en las que uno se puede capacitar específicamente. Ejemplo de ellas son la escritura y edición, diseño gráfico o gestión de campañas de marketing. Las blandas, sin embargo, son interpersonales y describen cómo se trabaja con los demás (colaboración, adaptabilidad, creatividad…).
Pérez Agilda recomienda ser uno mismo. Los puestos de trabajo no son para todo el mundo. Por ello, si en la entrevista el posible trabajador miente y es seleccionado, al cabo del tiempo se dará cuenta de que no es su lugar. No existen preguntas incorrectas ni correctas, sino más adecuadas al puesto por el que se opta, así que hay que perder el miedo y responder con tranquilidad.
Asimismo es necesario controlar los nervios. Para ello, se recomienda tener todo lo más controlado posible para evitar el estrés de última hora. Conocer el lugar de la entrevista, respirar o tomarse una tila son algunos de los consejos que da la experta.
Soluciones
Durante las pruebas de Mirada 21, algunos de los candidatos manifestaron sus miedos, y Anna Emilia Pérez Agilda les ha dado respuesta.
Pablo Antolín afirmó que su mayor miedo era que, tras la entrevista, no saliera seleccionado. Además, el hecho de no conocer dónde se iba a realizar la prueba le producía estrés.
Pérez Agilda explica que si el alumno se hubiera preparado mejor, estos estos nervios desaparecerían. La seguridad de uno mismo puede variar si tiene los conocimientos asentados.
Pablo Sánchez temía no superar las expectativas. Es un joven muy aplicado y autoexigente consigo mismo. Además, afirmó que si no lo lograba, podría llegar a frustrarse.
En este caso, Pérez Agilda recomienda: «Siempre debéis preguntaros: ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿eso tiene solución? Sea lo que sea, no es el fin del mundo». Quitarle importancia a los momentos tensos hace que la mente se relaje y actúe mejor.
«Siempre debéis preguntaros: ¿Qué es lo peor que me puede pasar?, ¿eso tiene solución? Sea lo que sea, no es el fin del mundo», aconseja Anna Emilia
Layla Navarro es una joven estudiante que desea entrar en Mirada 21. Es muy apasionada y tenía miedo de quedarse en blanco y no lograr su objetivo. Para eso, Pérez Agilda insiste en que la preparación y la seguridad en uno mismo son la clave de lograr las metas.
Izam Garvín afirmaba que él no tiene miedos. Ante esta respuesta, Pérez Agilda aporta dos visiones. Por una parte, sugiere que quizá él es una persona muy segura de sí misma. Pero, por otra, desde un enfoque más psicológico, las personas que muestran seguridad realmente tienen muchos miedos e inseguridades guardados. Los nervios hacen a la persona sentirse vulnerable, por ello, un escudo protector es mostrar tranquilidad.