Pablo Ibar vuelve a ser declarado culpable de un triple asesinato

- Desmarcar - 29 de enero de 2019
Foto: Pixabay.com

Pablo Ibar fue declarado en 1994 por un triple asesinato, que él y su defensa niegan. En el año 2000, fue condenado a muerte y, en 2016, el hispano-estadounidense quedó libre del corredor de la muerte para enfrentarse a un nuevo juicio, que fue anulado. Ahora, los 12 magistrados del Tribunal Supremo de Florida han tomado una decisión unánime: declarar a Ibar culpable.

Crimen de Miramar
Casimir Sucharski era dueño del club nocturno Casey’s Nickelodeon en Miami. El empresario no tenía una buena relación con su expareja (Kristal Fisher) y sospechaba que el nuevo novio de esta era narcotraficante. Por estas razones, Sucharski se sentía inseguro y decidió instalar una cámara de vigilancia en su domicilio de Miramar, al norte de Miami.

Días antes del crimen, Sucharski mantuvo una fuerte discusión con su expareja y el novio de esta. Ambos le exigían dinero y le amenazaron. El 27 de junio de 1994, Sucharski se dirigió a su casa con dos mujeres que trabajaban en su club, Sharon Anderson y Marie Rogers. En torno a las 7:00 h, dos hombres encapuchados asaltaron el domicilio. Durante unos minutos torturaron al empresario y finalmente acabaron con la vida de las tres personas.

«Las imágenes carecen de calidad necesaria para realizar una identificación», declara el experto Raymond Evans.

La cámara que instaló Sucharski días antes captó el crimen. Tras el triple asesinato, uno de los dos asaltantes se destapó la cara para secarse el sudor. Según el juez Chuck Norton, es “indudablemente” Pablo Ibar. No obstante, el experto en reconocimiento facial de la Universidad de Mánchester, Raymond Evans, niega la versión del magistrado. “Las imágenes muestran con bastante claridad los hechos, pero carecen de la calidad necesaria para realizar una identificación”, asegura Evans.

Tras años de investigación y juicios nulos, la sentencia definitiva llegó en el año 2000 para Pablo Ibar y Seth Peñalver, el otro sospechoso. Ambos fueron condenados a muerte. Peñalver quedó libre en 2012 tras su juicio de apelación por varias irregularidades en el proceso. No obstante, Ibar siguió en el corredor de la muerte.

Las pruebas en los juicios
Una pequeña prueba de ADN en una camiseta y una grabación con mala resolución son dos de los factores más determinantes para acusar a Ibar. Pero, además, dos testigos son claves en el caso. El primero, Gary Foy, vecino de Sucharski, quien vio salir a los dos asesinos de la casa del empresario. El segundo, John Klimectzko, quien vivía en el mismo piso de Ibar. Este último cambió varias veces de versión (primero declaró ver a ambos salir con una pistola y después afirmó que no recordaba nada). Finalmente, en la repetición del juicio a Peñalver se presentaron pruebas en las que se sobornó a Klimectzko para acusar a este de asesinato.

Pablo Ibar siempre ha afirmado ser inocente, así como su mujer, con la que se casó mientras él cumplía condena. Tanya era una joven de 16 años que empezaba a salir con Ibar. La noche del triple homicidio, Tanya declaró que durmieron juntos y que Ibar no salió de su casa en el momento que se perpetró el crimen.

«No sé qué más se puede hacer», afirma Cándido, padre de Ibar.

En el último juicio a Ibar, el Estado recurrió a las mismas pruebas que en el primer juicio, es decir, a la grabación y las declaraciones de algunos testigos. Además, añadió una nueva prueba, restos genéticos en una camiseta que se vinculan con el ADN de Ibar, a pesar de que la gran parte se corresponde con el de un varón desconocido. Allan Jamieson, genetista y experto en el caso, rechazó la validez de la última muestra de ADN.

La defensa de Ibar acusa al jurado de no ser veraz. Según el abogado de Ibar, ni las huellas dactilares recogidas en el lugar de los hechos se corresponden con este, ni el cabello pertenece con el de Pablo Ibar. Además, la cantidad más abundante de ADN ha podido ser contaminada en estos 24 años.

El jurado no está obligado a argumentar su veredicto, solo es necesario declarar culpable o no culpable al acusado. Pablo Ibar deberá seguir en prisión, a la espera de nuevas apelaciones. Cándido Ibar, el padre, se lamentaba tras la decisión del tribunal en el último juicio: “No sé, ¿qué más se puede hacer?”.

Un miembro del jurado se retracta
Una de las 12 personas que dictaminaron la condena a Pablo Ibar se ha retractado de la decisión. Este miembro del jurado, cuya identidad se desconoce, ha comunicado al juzgado su decisión de no apoyar la culpabilidad del hispanoestadounidense. Los letrados de Ibar han pedido que se reanuden las deliberaciones. No obstante, la última palabra la tiene Dennis Bailey, el juez.